⚠︎︎ Advertencia ⚠︎︎
—Muerte, cuadros depresivos, premoniciones y bipolaridad.
Sueños agridulces
Inconsciente o consciente, Satoru Gojō siempre había integrado las pesadillas en una simple ecuación; dormir = pesadillas. Y para poder resolver aquella extraña ecuación no había más que reducir el problema a sencillos términos; no dormir = no pesadillas. También, su mejor ayuda ante el cansancio era siestas de diez minutos era igual a no darle paso a lo irreal o lo que el pensaba no era real.
Satoru paso 28 años en un ciclo interminable de sucesos que él creía no deberían ocurrir o al menos, no saber que iban a ocurrir; desastres naturales, asesinatos, suicidios, desapariciones. El solo era un niño perdido en aquellas atroces pesadillas que al día siguiente veía salir en las noticias... aun así, su mayor error fue confesarles a sus padres lo que soñaba.
"Está loco"
"¿Qué? Maldita manera de llamar la atención" "Necesita disciplina"
"¡MONSTRUO!"
Su familia cambio sus años de niñez a sufrimiento, pasando de psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras y luego fue un internado. Gojō aun podía sentir la camisa de fuerza en sus brazos, en su cuerpo con aquellas inyecciones que lo dormía por horas... era una tortura, una cruel tortura que vivió por 10 años. Odiaba cada maldita sensación de pánico que recorría su cuerpo al recordar, al dormir, al vivir. Años de maltrato simplemente alimentaron un agresivo cuadro depresivo. Y no importaba que hacía, las pesadillas volvían. Siempre veía, predecía lo cosas que no debería saber que pasaría. Fue en su cumpleaños número 29 que tuvo una premonición la cual aun no se cumplía... era de un cruel asesinato que al parecer no se cometía. Y en su cumpleaños numero 30 sintió lo que realmente era el amor al conocer a Itadori Yuuji.
Itadori Yuuji transformo su ciclo en montañas rusas impredecibles, sus inseguridades en besos y dulces caricias y a sus lagrimas a tazas de chocolate con vainilla.
—Te amo—escucho aquella dulce voz al sentir como sus mechones blancos eran acariciados por las dulces manos y solo pudo sentirse en el cielo. —, te amo aún más—respondió Gojō cerrando sus ojos y su mente mecánico erráticas... ¡No merezco esto! No, no merecía que lo trataran con amor, comprensión cuando simplemente era un loco que veía en sus pesadillas como gente moría.
Su mente se ensuciaba al ras que sus mechones eran acariciados—Eres suficiente, está bien... no estar bien Satoru—escucho aquel amigable susurro en medio de sus caricias y solo pudo romper en llanto como un niño al perderse, asustado, perdido, cada lagrima que soltaba podía disolverse en el océano al ser tan feroz como el rugir de una fuerte ola. —Lo siento, lo siento, lo siento ¡Lo siento! Por favor... haz que pare—sollozo con sus manos tapando su rojiza cara, sintiéndose ridículo al mostrarse así ante Yuuji... ante su sol.
Por alguna razón sus lagrimas se desbordaban cada vez con mas fuerza, su corazón se acelero como un carro en plena carrera y el bombeo de su corazón iban como las corrientes rebeldes de un largo rio, un mal augurio... una premonición. —Satoru—escucho, la dulce voz convirtiéndose en un gruñido bestial que lo asusto aún más. —, ¿Cómo se siente ser un monstruo? —
"¿Qué?"
Quizás su mente infectada confundía la realidad con sus pesadillas ¡Claro! Era eso, su Yuuji jamás le diría algo así... el no...
Eran las 11:05 de la noche y Gojō sentía que la tensión empezaba apoderarse de su cuerpo, no, no solo era tensión, también era miedo, ansiedad... terror, sollozo nuevamente al no saber que ocurría ¿Por qué ya no sentía las dulces palabras ni las tiernas caricias? Quizás se había dormido y vivía otra pesadilla.
—Satoru—lo llamo, mientras sentía que suaves manos paseaban por su cuerpo, inspeccionándolo o quizás juzgándolo. — ¿Yuuji? —
Satoru Gojō se sentó al borde de la cama, miro sus pies descalzos aferrarse al suelo, sus lagrimas aun bajaban como si un grifo fuera abierto. Fue una dulce caricia en su espalda que lo hizo trastabillar... asustándolo nuevamente al enterarse que estaba en la realidad y no en alguna pesadilla. —Te acabo de preguntar algo, amor ¿No me escuchaste, monstruo? —escucho al ras que sus mechones blancos fueron jalados por la dulce mano que antes lo acariciaba, atrayéndolo.
Fuera lo que fuese, lo que le pasaba, su mal había empeorado como una tormenta en medio del atlántico al no entender el cambio de aquella tierna personalidad —No... —articulo con terror sin pensar y solo pudo pensar en como sus alertas se disparaban. ¡Sal de ahí! Le dijo su mente, pero, se arrepintió de inmediato al sentir como el aire se le escapaba de un solo momento. Le había golpeado, su luz, su sol... le había golpeado. —, deseo, anhelo, terminar contigo... me das tanto asco —masculló Yuuji con rabia, golpeando una y otra vez hasta cansarse.
Todo volvía, aquellos erráticos sueños uniéndose con sentido... aquella muerte que vio no era de otra persona. Iba hacer suya, su muerte a manos de su único amor. Quizás fue el cuchillo ajustándose en su costado que lo aturdió o los golpes en su cabeza ¿Cuál habrá sido? Se pregunto al sentirse mareado, aun así, por alguna razón ya no estaba asustado. Dolía de una manera diferente... única.
Y otra vez sintió el cuchillo entrar en su piel, una... dos... tres. —Un monstruo como tú, como yo, debemos desaparecer ¡DESAPARECER! —grito al ras que apuñalaba a su amado, a su único amor... Gojō Satoru. —, Gracias Yuuji—dijo el al escupir sangre, al sentir como cada suspiro se le arrebataba hasta que, como una llama a punto de extinguirse, Gojō Satoru cerro sus ojos con el único pensamiento que aquel devastador sueño que tuvo hace un año se cumplía a manos del amor.
—Dulces sueños, Satoru—
¡Hey! Aquí yo, ¿y tú?
Me ando poniendo al día con los one shot, so, un poquito de paciencia ¡Espero hayan disfrutado este one shot!
Nos leemos (❍ᴥ❍ʋ)
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𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮𝐓𝐨𝐛𝐞𝐫𝟐𝟏
Fanfiction#𝐉𝐔𝐉𝐔𝐓𝐒𝐔𝐂𝐑𝐄𝐄𝐏𝐘𝐓𝐎𝐁𝐄𝐑 Reto elaborado por @yonkou0 y @morganna26 que se llevará a cabo en todo el mes de octubre con 31 temáticas diferentes claramente todas centradas en temas 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨𝐬. ________________________________________ ...