𝐀 𝐭𝐫𝐚𝐯é𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐯𝐢𝐝𝐫𝐢𝐨

349 34 2
                                    

⚠︎︎ Advertencia ⚠︎︎

—Lenguaje vulgar, parafilias y secuestro.

—Lenguaje vulgar, parafilias y secuestro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Roy's Motel Café

Con sus 38 años, Gojō Satoru era un hombre imponente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con sus 38 años, Gojō Satoru era un hombre imponente. La cabellera blanca, los ojos que reflejaban el cielo mismo con aquella sonrisa de grandeza a donde fuera lo hacía aun más imparable y, el quedarse varado en plena carretera a las nueve y media de la noche lo hacía sentir la indignación en su máxima definición. — ¡Mierda! —masculló con coraje contenida en sus temblorosas manos que se aferraban al volante del elegante pero accidentado auto.

En medio de aquella carretera donde la noche era la protagonista Gojō debía pensar el si quedarse esperando a que un auto pasara con la suerte de que lo auxiliara o intentar llamar a una grúa. Optando por la opción dos, saco su celular maldiciendo nuevamente al no tener ninguna barra de señal. — ¡Agh! Estúpido celular, estúpido auto ¡Estúpida carretera! —dijo tal berrinche de un niño al agitarse contra su madre. Y, como si el mundo se volviera a su favor, al girar su rostro hacia la ventanilla de su puerta, a lo lejos un enorme cartel anunciaba la entrada de un motel.

Un suspiro se escapo de sus labios, con su gabardina de excelente tela puesta aseguro su porta chequera y de último, su celular, se animo así mismo ir hacia aquel motel. Porque él es el glorioso Gojō Satoru y nada lo haría retroceder. Al bajar del auto noto la soledad de aquella carretera y su mente hizo ese "Clip" al darse cuenta que alrededor de veinticinco minutos ningún auto o moto había pasado. —Al menos sirven los faroles —dijo mirando la vacía carretera y los círculos que formaban la luz de aquellos faroles de la calle, hasta que varios parpadearon queriéndose apagar. —Retiro lo dicho, estúpidos faroles —afirmo, comenzando su andar con firmes y seguros pasos entre la noche hacía aquel gran cartel que anunciaba lo cerca que estaba aquel motel.

Cinco, diez y quince minutos después el hombre que se sentía impotente ahora sentía el fastidio mismo pero al menos había llegado a su destino. Delante de él se levantaba aquel gran cartel estrellado con las luces rojas neón y amarillo "Roy's Motel Café". Irguiéndose dominante y seguro prosiguió su caminar hacia la entrada con un sentimiento extraño, indescifrable.

𝐉𝐮𝐣𝐮𝐭𝐬𝐮𝐓𝐨𝐛𝐞𝐫𝟐𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora