#𝐉𝐔𝐉𝐔𝐓𝐒𝐔𝐂𝐑𝐄𝐄𝐏𝐘𝐓𝐎𝐁𝐄𝐑
Reto elaborado por @yonkou0 y @morganna26 que se llevará a cabo en todo el mes de octubre con 31 temáticas diferentes claramente todas centradas en temas 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨𝐬.
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En la Península Ibérica
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¡Colores! Brillantes, alegres y enigmáticos... otros oscuros y fantásticos tales como los colores del Halloween que son el negro por asociarse con la noche, el terror y lo que el ojo humano oculta deshaciéndose en lo desconocido, rojo vivas como las corrientes del mar, profundo como los cortes y el color favorito de Satanás, el naranja su color más codiciado, el color del alba que desciende desde el horizonte anunciando la vil desaparición de los seres que gobiernan en la noche... naranja el color de las calabazas que alumbran lo más oscuro, entre las tinieblas aun brillantes siempre se encuentran, observándote.
En la Península Ibérica en los años 1570 sino tenías poder no eras nadie, nada, otro estorbo para la sociedad... Satoru lo sabía. Desde pequeño las extrañas voces de su cabeza lo guiaron, aconsejaron, para crear lo que hoy en día es "El Marques más poderoso" pero como llegas al puesto ¿Cuándo no eras nadie? Por las voces, ellas, las que nunca dejaban de sonar en su maniática cabeza... ellas y los pactos que hizo con el mismísimo Diablo.
Gozándose de riqueza, poder y su libre albedrío ¡Era el más poderoso! Imparable, un hombre imponente de 1,90 centímetros de alto con aquellos ojos extraños que reflejaban llamas azules como la sangre de la realeza. Sin miedo a nada, sin miedo a la iglesia y sus enemigos. Era él, era Satoru Gojo, era el ser más poderoso de la Península Ibérica hasta que poco a poco las voces fueron aumentado le estaban advirtiendo algo "Te están vigilando" fue lo que anunciaron.
Aquel errático hombre cegado por el narcisismo, por su mente fragmentada en miles de pedazos extraviados "¡Que venga! Sea lo que sea... ¡SE DOBLEGARÁ!" fue lo que anuncio a su mente, a ellas, las voces. Solo algunas dieron una última advertencia, un último consejo "fíjate en los colores ¡Te están observando!" dijeron para seguir su rutinaria insistencia en otras cosas "Cállense" el solía decir pero ninguna lo escuchaba.
