Marineford de Luffy | EN EDICIÓN |

6. El dúo marinero

Después de los primeros días en el mar, Sabo y Ace se vuelven un poco rutinarios. Ace se toma las primeras ocho horas después del amanecer, ambos están despiertos la mayor parte del día y Sabo se toma las últimas horas de la noche, diciéndole a Ace que está acostumbrado a trabajar de noche, lo que plantea preguntas que Ace deja sin responder por ahora. Si no estuvieran tan presionados para llegar a Marineford a tiempo y sin ser detectados, probablemente dejarían que el bote se desviara donde pudiera y lo corregirían durante el día, pero en realidad no tenían el lujo ni el deseo de deambular por el Grandline. con el encarcelamiento de Luffy supurando como una herida abierta.

Para colmo, los mares no habían estado de su lado. Varias veces al día habían experimentado tormentas monstruosas que los desviaron de su curso, lo que incluso para el Nuevo Mundo era un poco alto. estaba llegando al punto en que estaba consumiendo sus horarios de sueño, lo cual no era algo que pudieran pagar, especialmente Ace, cuyos ataques narcolépticos habían ido en aumento.

Cuando Ace se coloca en el almuerzo por segunda vez en una comida, Sabo frunce el ceño preocupado. Comprueba la hora y, cerca de cuatro minutos después, Ace aparece como un zombi que se levanta de entre los muertos. Lo cual, si bien es divertido, también es extremadamente preocupante. Le da a Ace una servilleta mientras lo revisa pensativamente.

"¿Tienes medicación?" Sabo no está seguro de que Ace esté completamente despierto porque lo mira confundido. "Por tu narcolepsia". Explica Sabo.

"Oh, sí. Las enfermeras me dieron un biberón hace un tiempo y Marco siempre me regaña para que lo tome, creo que también le metió a Thatch, ya que no me daría postre a menos que yo lo tomara".

"¿Lo has estado tomando?"

"Sí." Sabo levanta una ceja con escepticismo.

"¡Realmente lo hice! Creo que accidentalmente me perdí un día cuando empezamos, pero desde entonces lo he tomado cuando me despertabas por turnos. Lo prometo. Ayuda, pero hay mucho que puede hacer". Sabo suspira.

"Te creo. Es solo que ... está empeorando, ¿Hay algo más que podamos hacer?" Ace arruga la nariz pero lo considera.

"No realmente, toda esta situación lo está empeorando. Se supone que las siestas ayudan, pero nunca pareció hacer mucho por mí y con el mar embravecido que hemos tenido, no es algo que ni siquiera pueda intentar". Honestamente, Sabo está un poco sorprendido con lo directo que Ace está siendo al respecto. Normalmente, esperaría que Ace cubriera cualquier debilidad percibida e insistiría en que estaba bien hasta que todo se derrumbara. Eso ha estado sucediendo varias veces en las últimas semanas, esperará una respuesta obstinada de Ace, solo para sorprenderse de lo abierto que es, al menos con él. Realmente han cambiado estos últimos diez años. Es innegable que sigue siendo Ace, pero está envejecido. Causa una extraña mezcla de orgullo y arrepentimiento en Sabo, y no está seguro de cómo lidiar con eso.

"¿Qué?" Pregunta Ace.

"Nada, solo que has crecido."

"Sí, duh. Eso es lo que pasa cuando pasan diez años". Él sabe que Ace no quiso que lo hiciera, pero el comentario duele, y aunque está seguro de que no deja que se muestre en su rostro, Ace parece darse cuenta de todos modos. "Tú también, apuesto a que podrías conseguir secretos de estado con esa astuta actitud tuya. Pero también seguimos siendo nosotros. Luffy diría lo mismo, aunque sigue siendo un idiota, incluso cuando hace puntos inteligentes al azar". Sabo no puede evitar reírse de eso.

"Aparentemente, todavía puedes leerme incluso con mi supuesta naturaleza astuta".

"No puedo recordar un momento en el que no pude".

"Es algo agradable". Sabo murmura y Ace parece vagamente sorprendido.

"¿En serio? No pensé que a un espía revolucionario le gustaría que alguien pudiera saber cuándo está mintiendo."