Capitulo 7

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Pañuelos terminando en el cesto de la basura, tazas de café en la mesita una todavía contenida, llego apenas unas horas a la casa de Diane se quedaría allí por un tiempo en lo que decidía si irse con su madre, aunque viviera en otra ciudad.

A veces el amor duele tenia razón, pero por esa no se rendiría a solo llorar tenía que salir adelante por su hijo, y ya sabia por donde empezar —Diane sabes si...— recibió una mirada fulminante de la contraria sabiendo sus intenciones.

—no Elizabeth, yo cubriré los gastos pero tu no, ya casi cumples los cincos meses— dedicando una mirada agradecida se levanto, ella también era terca y no permitiría un no como respuesta.

—Diane te recuerdo que trabajaba antes de conocer a Meliodas y antes de bebé— un puchero no se hizo de esperar, tan adorable haciendo reír a la albina alzando su mano derecha hasta posar en su barbilla. Hermosas melodías de dos mujeres y mejores amigas compartiendo momentos tristes como malos ignorando el sentir de un rubio de mirada verde.

Quien se encontraba recargado en la puerta de esa misma habitación donde compartió vellos momentos con su hermosa albina, no sabia cuanto paso desde verla marchar su sonrisa que mantuvo al final "hermosa" empezaba ser rencoroso con sigo mismo, "ser humano significa equivocarse Meliodas" su padre le repetía hasta el cansancio.

Perezosamente levanto una mano buscando su teléfono pensando marcar un número en específico, viendo la pantalla el fondo colocado su esposa y el de paseo en carrusel uno de sus aniversarios.

"Mierda"

Maldijo en pensamientos si la extrañaba bastante, a esa hora debería estar comiendo y preparando un buen baño que sacara todo el cansancio para luego a la cama irse. Dejo de lado el celular tenia que relajarse o iría tras su mujer sin importarle su decisión traerla de regreso a su hogar, considerando la segunda opción se adentro en el baño.

Su aroma también permanecía, todo de ella prácticamente, aun era pronto para hablar, su actitud evasora no dejaría dar explicaciones, unos días le daría su espacio, solo rogaba que pudiese aguantar.

***

Cayendo como cascadas un montón de papeleo regado sin consideración por el limpio piso, unos ojos abiertos a la par ni tiempo le dio de contestar. Devid Demon salió rápido azotando la puerta. 

—emm Señor Demon— repitio en susurro mirando la puerta cerrada.

Apenas escucho separación, su ritmo cardiaco aumento, culpando de todo a su hijo mayor "pero que muchacho mas terco tengo" pisadas pesadas se adentraron al vehiculo que le conduciria a su destino. la casa de de ese rubio de mirada esmeralda.

Arranco el auto pisando el acelerador, nunca habia pasado las vías peatonales mas esto era una emergencia.

Tras una sesión de respiracion y dejando de sentir esos cosquilleos en sus manos queriendo ahorcar ahora su heredero. fingiendo una sonrisa cruzo la cerca mirando la puerta grande de blanco como objetivo, tocándolo casi al instante.

Teniendo todos los beneficios su hijo decidio vivir, en una casa no tan llamativa ni grande, según lo dicho de la albina queria un espacio familiar y no una mansión donde fácilmente se perdiera. 

—padre?— sin dejarlo hablar entro mirandolo de forma retadora.

—te lo advertí— rodando los ojos de fastidio cerro su recinto —Meliodas esto no es un juego, que paso— pregunto recibiendo un silencio cargo de... culpabilidad —hijo... debe ser dificil separarse de l noche a la mañana y mas con...—

lo corto a medio hablar de forma con trayectoria —no! solo...no.. nos dimos un tiempo— 

su mirada paterna no se hizo de esperar, comprendia la perfeccion su sentir, tambien estuvo casado —donde esta ahora—

—con Diane, no te preocupes se solucionara, es mejor que vallas a descansar—

Por mas que quisiera le quedo en claro una cosa, no expresaria su sentir con el, una perdida de tiempo quizas sin embrago, su hijo se encontraba hay embostando una sonrisa ofreciéndole la puerta de salida.

Lo conocia, no hablaria mas esa noche, su corazon seguia dolido.

—bien tu ganas, pero mañana te espero sin faltas en la empresa—

Despidiendose de su padre por fin suspiro en esa casa que sensaciones frustradas le traian siendo su unico acompañante ese cerdito de color rosa que lo miraba como lo mas curioso del mundo —y tu que me vez— si, estaba de mal humor.

Esa noche no pudo conciliar el sueño, esa noche paso uno de sus primeros y largos insomnios. 

***

Silencio absoluto, los ruidos de la ciudad y la alarma del detector de humo.

—Espero Diane no se moleste— exclamo al ver el desastre causado. las galletas de un color negro, dando inicio de estar carbonizadas, mientras aun humo salia de ellas, sin duda no comeria eso —Dios esto es un desastre, definitivamente tengo que limpiar—

Desperto con un dolor de cabeza, acompaño a la castaña al desayunar y ahora trataba de hacer unos de sus pasatiempos, sin morir de aburrimiento. sin embrago, su mente aun se mantenia distraida distante de su cuerpo. uno de los tantos problemas que la atacaron, debido al choque de emociones.

Dudas la asaltaban ¿exagero acaso? ¿como estaria? volteando la cabeza a los costados salio de la habitación, se cuestionaba demasiado, lo extrañaba demasiado. antes de sumergirse en sus recuerdos un sonido llamo su atencion.

Entre vibraciones se encontraba su dispositivo movil mostrando el nombre con un brillo bajo.

<<Elizabeth!!>> separando el telefono por el grito saludo.

—madre que pasa— 

<<que paso cariño, que hizo Meliodas>> esta vez encontro furia en su voz.

—nada solo una pequeña dicusion— rodo los ojos, detestaba hablar su vida privada con su familia a pesar de ser su madre.

<<oh linda no creo que sea una "pequeña" pelea>> añadio <<te fuiste de la casa de tu esposo>>

chisto en lo bajo, olvidaba lo irritable que podría llegar a ser su madre.

—mama agradezco tu preocupación lo tengo bajo contro..—

<<si me hubieras echo caso, no serias una mujer divorciada con un bebe en brazos, pero aun hay tiempo cariño solo...>>

Esta vez si la enojo, fruncio el ceño, sabia a donde queria llegar, sin terminarla dejar de hablar corto la llamada, por mas maleducado que sea. si es su madre pqero eso no le da derecho a tomar decisiones por ella, esperaba que  no haya echo ninguna estupidez como la ultima vez. 

o recordaba bien, Meliodas enojado, ella avergonzada y enojada un ramo de rosas en la puerta con un repartidor asustado que solo hacia su trabajo, casi lo corre a patadas si no hubiera intervenido a tiempo.

—huy aver y ahora que paso— casi parpadeando alzo la mirada —cuanto tiempo primita—

Lo que le faltaba.

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Lamento la falta de ortografía.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2022 ⏰

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POR MI CULPA (Melizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora