Capitulo 4.

74 10 3
                                    

La tensión entre padre e hijo no era de esperar, bastaba con que uno rompiera el ambiente.

—padre yo...—se quedo cayado al instante no sabia por donde comenzar y como si su padre leyera la mente intervino.

—por el principio te lo agradecería—

Se humedeció los labios y hablo —al llegar primero fuimos al hotel, la junta era para la tarde...— basto con una señal para que prosiguiera —fue un éxito logramos nuestro objetivo... me tomo por sorpresa la fiesta que organiso la corporación...— trago duro el nudo que se le formo en la garganta —no pude negarme y accedía a ir, tome un par de copas y no todo se volvio borroso—

Tras meditar su explicación y ver que no proseguía pregunto la razón que lo agobiaba —como fue que paso?—

—no lo se desperte en el hotel junto a... Zaneri, ¡pero estoy seguro que no paso nada papá!— lo dijo tan seguro de si mismo que le dio alivio al mayor, aunque no explicaba su mentira. Si todo paso tal y como dijo no había razón de ocultarlo.

Tenia que averiguarlo y justo eso iba hacer —si todo paso como lo dices no veo razon por lo cual mentir—

La indagación inteligente lo tomo por sorpresa, no se lo espera—  no quiero perder a Elizabeth, no lo soportaría —

Como padre y como hombre lo comprendía, por un momento el tik tak del reloj era lo único que se escuchaba por el lugar, los ruidos de la ciudad.

—No es la forma Meliodas, una apuñala por la espalda es mas doloroso que una por delante— lo miro con confunzo ¿a que se refería?— al menos hablaste con Zaneri, que por cierto esa muchacha como llego...—

—tiene un trabajo al parecer — bueno eso explicaba la aparición de la castaña— me llamo el día que llegue, ya todo quedo resuelto—

—eso espero, por cierto me percate sobre tu actitud con Elizabeth— como lo hacia se sabia todo si que tenia ojos por doquier.

— le estoy mintiendo y cada que quiero tenerla esa culpa me impide no se como explicarlo —

—de eso hablo veo que tienes conciencia— bromeo lo cual ofendí al rubio claro que tenia conciencia todo el mundo tenia porque el seria la excepción.

se levanto tras despedirse salio perdiéndose entre el pasillo ya no tenia nada que temer el asusto quedaría olvidado se dijo muy seguro,  se supiera que una mujer despechada puede ser mas peligrosa que una bala mortal. Ahora debía interesarse en su trabajo a pesar de que la empresa es se su padre el era un simple trabajador y ya en el mundo de publicidad tienes que proteger tu puesto o perderlo.

—ahora que hiciste— volteo en dirección de donde provenía la voz encontrándose con su hermano.

Sentía su aura muy serio para su edad— pareses un viejo amargado—

—que dijiste!!— grito furioso con clara intensión de reclamarle.

—si sigues con esa actitud te saldrán canas muy pronto — se río por lo bajo al ver como se le ponía la cara roja por la furia.

***

Ya llevaba su cuarto helado de chocolate. Mientras lo terminaba revisaba el correo, Meliodas salio tan apurado que ni eso reviso. Se acomodo mejor y empezó a leer. Habían para pagar la cuenta, pero lo que la sorprendió fue una carta de su madre.

—que raro ella nunca envía una carta sin avisar— estaba apunto de abrirla cuando Hawk se salio de su lado y decidió estar un poco con su nueva mascota. Si su esposo no estaba Hawk se encargaría de acompaña

Empezó con terminar si helado —pugo pugo pugo— le pareció curioso a la albina ese particular sonido que emitía el cerdito.

—ven Hawk veo que tus heridas están mejor!— exclamo con alegría —hay no de nuevo— le dio unos mareos ya debería acostumbrarse pero siempre es como la primera vez, prefirió dormirse era lo mejor dejando olvidada la carta. Salio a su habitación acompañada de su acompañante.

Cuanto había pasado dos o tres horas exclamo con asombro al ver la hora. Las seis Meliodas ya estaba por llegar. Tenia unas enormes ganas de verlo sabia que no era por as hormonas era por el gran amor que le tenia. Esos días lo tenia un poco alejado no era su forma de ser simplemente no iba con su personalidad. Se quedo pensativa sin darse cuenta que unas manos la tomaron posesiva mente por la cintura y undio la cabeza en su cuello aspirando su dulce aroma, acción que causó un jadeo en la albina.

—Me..mel que...haces?— le dificultaba hablar por los besos que estaba recibiendo su cuello, le estaba encantando demasiado.

—te extrañe — respondió sin dejar de besarla, subió una mano por debajo de su blusa acariciando su abdomen un poco enbultado por el embarazo. Cuando pensó que iría mas lejos súbitamente se separo dejandola confundida para luego sentarse —que?, no pensaras que termino apenas acaba empezar—

Le lanzo una mirada coqueta que la sonrojo para después sentarla en su encima y empezar de nuevo con sus besos de su cuello bajando a sus hombros mientras sus manos apretaban sus pechos haciéndola soltar varios gemidos, ya estaba algo desesperada empezó a balancear las caderas en busca de fricción, sentía su erección y sus bragas mojadas.

—ngh~ Meliodas~— gimió al sentir como impulsaba las caderas para arriba simulando embestidas. Ya le estaba quitando la blusa cuando sintió como unas cuerdas lo inmovilizaban lo cual lo confundio.

Se podía apreciar al porcino enojado y unas cuerdas en su boca quien habia arruinado su momento romantico ¿como habia conseguido las cuerdas? ¿como lo hizo para amarrarlo? Y la pregunta mas importante ¿por que lo hizo?—Elizabeth que...— no termino porque al instante su mujer se levanto muy avergonzada acomodando su blusa.

—Hawk que haces— trato en vano de quitarle las cuerdas tras varios intentos el rubio logro zafarse y liberarse aunque la mirada que Hawk le lanzaba no era muy bonito que digamos estaba empezando a creer que ese cerdo tonto le tenia rencor.

ya esta otro capitulo mas lamento la demora pero la escuela me tenia varias tareas bueno espero les guste el cap.

lamento las fallas de ortografia.


POR MI CULPA (Melizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora