Long Story Short, I survived [LS]

4. You had turned my bed into a sacred oasis

Para su séptimo mes en exilio, Louis decidió que era hora de comenzar de cero y deconstruir el sistema de creencias en las que había basado su vida, de modo que pudiera encontrar su propia paz mental y no lo que el creía que sería el camino más rápido a los escenarios.

Era lo más sano. Después de años buscando la perfección y aprobación de desconocidos, necesitaba un descanso para descubrir quien era realmente.

Ya no era Louis Tomlinson, el cantante o Louis Tomlinson, el chico de los mil novios.

Era solo Louis Tomlinson y estaba más que bien con ello.

Era el inicio de una nueva era.

Por otro lado, estaba enamorándose de alguien con una fantástica, pero normal vida, que lo impulsaba cada día a buscar nuevos hobbies y pasiones. Harry era equilibrado y exactamente lo que necesitaba pasa salir del agujero al que había sido lanzado sin piedad alguna.

Incluso podía decirse que se complementaban mutuamente, puesto que Styles lo ayudaba a convertirse en una mejor persona y Louis lo hacía muy feliz a cambio, escribiendo ridículas  canciones de amor que cantaba a grito vivo en mitad de la sala, mientras tomaban vino y bailaban bajo la luz de la luna que se filtraba por la ventana.

Eran unos románticos empedernidos, bastante tontos y cursis. Y a pesar de que todo seguía siendo horrible fuera de su pequeña burbuja, Louis se encontraba feliz. Pero no era feliz del modo en que había sido entrenado a serlo.  Era feliz sin necesidad de aprobación externa.

Era feliz por quien era.

Ambos lo eran.

Aún así, las cosas seguían sin ser de color rosa. Hubieron muchas veces al principio de su relación que a Tomlinson le pareció tan irreal ser feliz sin que nadie pudiera fastidiarlo, que él solo terminaba fastidiándolo por su cuenta, en base a sus viejas costumbres de auto sabotearse.

Torturado, no paraba de preguntarse por qué siempre acababa rompiendo lo que más amaba. Incluso si todo estaba dentro de su cabeza, terminaba lastimando a Harry en el proceso, lo que en últimas concluía con el castaño aceptando la culpa, aunque lo único que quisiera fuera que el rizado le dijera que no era realmente su culpa y que él era lo único que quería, incluso cuando le rompía el corazón.

En más de una ocasión, entró en pánico e ignoró a Harry por días, desapareciendo de la vida del rizado sin razón aparente o siquiera una advertencia, simplemente para torturarlo con su silencio. No fue hasta que Styles finalmente se cansó de su comportamiento infantil y cruel, que planeó una emboscada en el apartamento del castaño para tener una larga y conclusiva charla sobre responsabilidad afectiva y la resolución de conflictos a través de una comunicación sana.

Aunque Harry en ningún momento amenazó con acabar la relación, la advertencia estaba implícita en su voz. Sin necesidad de decirlo directamente, el rizado le dio a entender que si Louis volvía a hacer algo así, sería un golpe del que no lograrían recuperarse sin que alguno sacrificara algo a cambio.

Por ende, su primer mes como pareja primeriza resultó ser el más complicado, puesto que ninguno de los dos esperó que la transición de amigos a novios fuera a revivir los traumas del castaño ni a sacar a relucir sus tendencias más dañinas. Incluso si Louis ya había superado en su mayoría lo ocurrido con su ex, habían días en los que debía recordarse que Harry y Jordan eran dos personas diferentes. Sin embargo, eso no lo hacía más fácil.

Louis era el primer gran amor de Harry y Harry era el único amor verdadero que Louis había conocido. Era normal que cometieran algunos errores al principio, como los celos sin precedentes del castaño o la tendencia de Style por hacer preguntas que Louis todavía no estaba listo para contestar. Sin embargo, por obra de un milagro o la santísima trinidad, una mañana cualquiera, tres meses después de aquella noche frente a la chimenea, el castaño se dio cuenta de que, a pesar de los problemas y cientos de baches en el camino, seguían juntos y más fuertes que nunca.