Los perfectos y caros zapatos italianos de piel sonaban por toda la estancia a medida que su dueño avanzaba por las escaleras, no brillaban con la luz del sol, porque en donde se encontraba no llegaba ni un pequeño rayo, pero si hubiese entrado,se hubiese podido apreciar una delicada, casi invisible gota de sangre sobre uno de ellos, su traje a medida solo lo hace lucir más guapo, más imponente, a primera vista un exitoso hombre de negocios que se gasta sus millones en trajes que lo hagan lucir más guapo, pero si lo observas a los ojos no verás nada más que obscuridad en ellos.
Ni una gota de sudor cae por su perfecto rostro diseñando para atraer a las personas como si de un canto de sirena se tratase, directo a la muerte, a pesar de que el calor en aquella torre en medio de la nada podría ser comparado con el del infierno. No está cansado, nunca se cansa, toda su vida ha tenido un objetivo en la cabeza y está más cerca de nunca de alcanzarlo.
Sus pies se detienen frente a una desgastada puerta de madera, que le recuerda a las historias que le leía a su ángel personal cuando era un ser simple.
Única ventana de todo el inmenso torreón queda frente a la puerta y le hace saber que es pasada la media noche, la luna ilumina el cielo y la gota de sangre en sus zapatos italianos. Una mueca de asco se dibuja en su rostro al recordar como fue que llegó esa gota allí.
—Tras la puerta está la princesa en los cuentos. —Murmura limpiando con el pañuelo negro que lleva siempre encima. —Yo voy a encontrar una bruja.
No tiene tiempo a reaccionar cuando la puerta de madera comienza a abrirse dejándole ver la luz de las velas en el interior de la pequeña habitación.
—Será porque no eres un príncipe azul, más bien uno de las tinieblas.
Él nunca había escuchado una voz tan fría, tan muerta, a pesar de que la muerte es su vieja amiga la cuál siempre lleva de la mano,pero nunca se va con ella.
—Giselle. —Mira a los ojos a la persona que llevaba más de medio siglo buscando, y entra sin temor ninguno a la diminuta estancia con las manos metidas en sus bolsillos destilando arrogancia. —Setenta años buscándote
—He estado toda mi vida aquí —Una macabra sonrisa se dibuja en su rostro marcado por el fuego. —Esperándote.
El rostro de la mujer podría considerarse perfecto, ojos grandes y oscuros, piel pálida, cabello marrón, toda una belleza, sin contar con la inmensa cicatriz que atraviesa el lado derecho de su cara.
— Has tenido una vida demasiado larga. —Murmuró el vampiro reparando en las paredes llenas de símbolos celtas, muñecos, unas cuantas ratas muertas en el suelo y el símbolo de la diosa madre pintado en el techo. —¿No te parece?
Giselle tomó una de sus muñecas, la única de cabello rubio y comenzó a acariciarle la cabeza.
—¿Un vampiro viene a preguntarle a una bruja como liberar el mal ? —Sonrió volviendo a unir sus miradas, esta vez sus ojos se habían teñido completamente de negro, y su cuerpo desprendía una aura demasiado oscura y asfixiante hasta para él que llevaba más de trescientos años rondando el mundo. —Habla DiAngelo,¿ cuál es la razón que te hizo buscarme? ¿Qué fue lo que consiguió que masacras pueblos por dar con mi paradero? Ya estas aquí, te lo mereces.
Su voz fue para él como la de la serpiente para Eva, su mirada solo lo hacía sentirse más tentado, y mostrar sus deseos podía hacerlo ver débil, podía hacer que diesen con su Ángel.
Pero había ido allí por algo y era el momento de hablar.
—Despertarlo —Espetó. —Vengo por la respuesta que solo tú conoces.
La sonrisa que apreció en los labios de Giselle fue difícil de describir, sus ojos seguían tintados de negro y la muñeca rubia seguía en sus manos, mientras ella le acariciaba el ondulado cabello.
—Todo tiene un precio. —Susurró la bruja. —Y algunos es un poco caro.
—¿Qué quieres? —Charles cruzó los brazos. —Si pude encontrarte puedo conseguirlo.
La bruja tomó una de las velas y comenzó a dejar caer su cera hirviendo sobre un trozo de papel amarillento por la humedad del lugar.
—Verás. —Tomó con brusquedad la muñeca del vampiro dejándola sobre la hoja de papel. —No soy inmortal y hasta los hechizo de edad son temporales.
—Te convertiré en vampiro.
—¿Y ser un ser inferior como ustedes? —Río. —No gracias. —Tomó una navaja oxidada que tenía justo al lado haciendo un corte en la palma de la mano del vampiro.
La sangre del vampiro comenzó a caer sobre el papel y la cera derretida de la vela mientras que la sonrisa en los labios de Giselle no desaparecía.
—Phasmatos Tribum, Nas Ex Veras. —Murmuró Giselle consiguiendo que las velas a su alrededor aumentaran su potencia. —Phasmatos Tribum, Nas Ex Veras. —La sangre comenzó a deslizarse por el papel tomando forma mientras que el vampiro miraba todo confundido. —¡Phasmatos Tribum, Nas Es Veras!
Las velas se apagaron por segundos dejando el ligar en silencio para luego volverse a ver.
—Un hechizo de localización y lo único que consigo es una imagen. —Murmuró molesta Giselle señalando la hoja donde la sangre había tomado forma de árbol.
—A lo mejor no eres tan fuerte.
Las palabras del vampiro consiguieron enfurecer a la bruja que había engañado al tiempo encendiendo su ira como una llama al encontrarse con la gasolina.
—Phesmatos Fractionem Ossibus —Murmuró y al instante un alarido de dolor escapó de los labios del vampiro quien cayó al suelo retorciéndose de de dolor.
El vampiro sentía como cada hueso de su cuerpo se rompía sin remedio alguno, no importaba cuanto se retorciera, en su interior se hacia pedazos.
—Soy la bruja más poderosa que jamás ha existido. —Murmuró Giselle mirándolo desde arriba. —Ahora. —Una sonrisa angelical apareció en el rostro de la mujer cuando el vampiro dejó de retorcerse. — Quiero venganza
—¿Venganza? Venganza quiere mi pueblo , mi gente.
—Por eso te ayudaré querido —La bruja sonrió mostrando sus dientes tan negros como sus ojos —Porque ambos queremos lo mismo de la misma gente. Ellos se aliaron una vez es hora que los aliados seamos nostros y recuperemos nuestro hogar.
Pronto estaré subiendo el primer capitulo.
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Witchcraft ©
VampirosElla no creía en su poder Él la enseñó que el mundo es más grande de lo que se ve a simple vista Fabulosa portada por @DreamsGraphics