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[CHARLESRAGE]
Paciencia, todo de trata de tener paciencia , no puedo ir por ahí arrancado la cabeza de todos los miembros de mi manada , solo porque son unos malditos ineptos que no han podido traerme las respuestas que busco y peor aún, dejaron que una bruja se colara en nuestro territorio.
—Jefe...
—Cállate Johan, estás consiguiendo que quiera arrancarte la cabeza —Gruñó entrando a uno de los bares bajo mi mando y viendo a la vieja Deveaux sentada muy tranquilamente en aquel lugar, como si no estuviese rodeada de lobos hambrientos por su cabeza — Después la culpa es de la caperucita , pero lo que nadie contó es que la abuela fue quien buscó al lobo. ¿Qué haces en mi territorio anciana ?
Ella ni siquiera sé inmuta solo levanta su cabeza y mantiene mi mirada mientras me dejó caer frente a ella, no huelo temor en ninguna parte de esta mujer al contrario he de admitir que tiene un par de pelotas enormes por venir sola aquí.
—Vine a hablar de mi nieta.— Espetó muy serie —¿Por qué la salvaste ?
—Ah ... sí se habían dado cuenta que fue atacada...—Me miró las uñas —Pensaba que jamás lo notarían.
—Es mi sangre ¿como puedes pesar eso?
Fácil, porque si no llevara el apellido , ni me enterara de que es una de ellas.
—Porque estabas demasiado ocupada echandome la culpa de la muerte de las tres brujitas —Me encojo de hombros —Pero supongo que ahora ya sabes que tenía razón y que tenemos nuevos vecinos en la ciudad.
Ella simplemente observó mi rostro, sus facciones llenas de arrugas no destinaban emoción alguna , aún así se puso de pie , sin sostenerse de su bastón y sin dejar de mirarme.
—Eso...¿O tal vez lo ideaste para distraer mi atención de ti? —Juega con su bastón entre sus manos — Se te olvida quien soy lobito... te vi nacer, enterré a un alfa ese día, enteré a tu padre y probablemente te entierre a ti también.
—Probablemente te entierre yo a tí Mary —Sonrío sin mirarla con mi atención puesta en mis uñas —Enterré a tu madre, y a tú hijo —Levantó la mirada seguro de que mis ojos brillan con ese rojo tan característico — Casi entierro a tu séptima nieta, no me subestimes.
—¿Es una declaración de guerra ?— y ahí está la primera muesca de emoción en ella, con su corazón se aceleró y sus manos temblaron levemente.
