En otras circunstancias, Ochako no hubiera actuado de manera tan efusiva, menos aún si se trataba de Katsuki, pero el alivio que encontró tan pronto como el rubio le dirigió la palabra era tan grande e inefable que se dejó llevar por el impulso de querer abrazarlo, en busca de consuelo. Rompió en llanto, desolada. Katsuki tenía mucho que procesar en apenas unos instantes; lo que más le escamaba no era que ella se hubiese abalanzado así sobre él, tampoco que estuviera sollozando de esa manera, sino que a pesar de todo aquello, parecía que solo él estaba siendo consciente de lo que estaba ocurriendo. No demoraría en intuir lo que sucedía, siendo que, al igual que tantos otros, había estado al tanto de la noticia que se acababa de emitir.
—No me jodas, ¿acaso has sido víctima de ese quirk?
—¡Sí! ¡¿Por qué soy la única persona a la que nadie puede ver aún?! ¡No aguanto más esto!
—Oye, Bakugo, ¿qué te pasa?—cuestionó Kirishima, quien estaba sentado justo a su lado, extrañado por la repentina actitud de su amigo.
—¿Es que no la ves? ¿Nadie ve a Uraraka?
—¿Uraraka? ¿Quién es Uraraka?—preguntaba ahora Sero.
La incertidumbre de sus compañeros provocó que la chica se sintiese aún peor, permaneciendo cabizbaja e incapaz de dejar de llorar. Katsuki resopló y se levantó inmediatamente de su asiento, apoyando las manos sobre la mesa con la suficiente fuerza como para captar la atención de todo el mundo.
—¡Pues Uraraka! ¡Ochako Uraraka, quién si no! ¡Está en nuestra clase desde siempre! ¡¿Qué mierda os pasa?! ¡Si es una broma, nunca tuvo gracia!
—¡Pero si nunca ha habido nadie en nuestra clase que se llame así! ¡Estamos todos aquí!—espetó Mina.
—O quizá no estamos todos—la interrumpió Izuku, dirigiéndose después hacia su amigo de la infancia—. Kacchan, ¿esa tal Ochako Uraraka fue víctima de a quien me enfrenté esta tarde? ¿Acaso iba conmigo?
—Sí. No era tan difícil. Por una vez ser un friki te sirve de algo—contestó, resignado. En cierto modo, se sentía decepcionado porque, a excepción del peliverde, sus compañeros no le hubiesen tomado la palabra desde el principio—. Me voy a mi habitación, no me busquéis. Estoy de mala leche. Ahí os quedáis.
Sin mediar palabra con nadie más, e ignorando varios reclamos por su nombre que denotaban preocupación por él, Katsuki se dispuso a marcharse, no sin antes hacer contacto visual con Ochako y hacer una seña sutil con la cabeza, invitándola a ir con él. No iba a ganar nada quedándose con el resto, al fin y al cabo. Ella tan solo asintió, aún bastante cohibida en su lamento, y lo siguió en silencio.
Reunió el valor suficiente como para sacar su móvil e intentar llamar a sus padres, aferrándose a la esperanza de que, al menos, ellos podrían percibirla también. Marcó el número de su casa. Fueron unos largos segundos de silencio, hasta que alguien, su madre, contestó al teléfono. El corazón le dio un vuelco.
—¿Dígame?
—¿Mamá? Soy yo...
Esperó una respuesta inmediata con todas sus ganas, pero lo que acabó escuchando tras unos segundos de espera la hizo dejar caer su móvil por el espanto.
—¿Hola? Si está hablando, no le oigo—lo único que la señora llegó a escuchar fue el ligero sonido que provocó el impacto del aparato contra el suelo—. ¿Oiga?
No quería escuchar nada más. Temblorosa, Ochako recogió su teléfono y colgó la llamada, quedándose inmóvil en el sitio. Katsuki había sido testigo de la situación, una que incluso a él le parecía exasperante. A sabiendas de que no era alguien propenso a dar apoyo moral, tan solo continuó el camino hacia su habitación, musitando algo lo suficientemente alto como para que su compañera le escuchase.
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A través de ti (Katsuki Bakugo x Ochaco Uraraka)
RomansaDurante el enfrentamiento contra un villano, Ochako fue víctima de un quirk que, en primera instancia, no pareció haberle afectado en lo absoluto, pero no tardaría en descubrir que, de repente, había dejado de existir para todo el mundo. Para todo e...