Prologo.

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Visualizando la imagen por milesima vez, ya deteriorada por el tiempo y casi borrosa, mi nostalgia empezó a crecer, amenazando a mis ojos con derramar una sustancia liquida ya muy bien conocida por mis mejillas.
No podía dejar de observarla, su radiante sonrisa aun intacta, su cabello negro en una coleta despeinada. Amaba sus mejillas, sus hermosas mejillas rosas, siempre las besaba.
Las mismas preguntas de siempre volvieron a rondar sobre mi cabeza:

¿Por que ella?.

¿Por que no yo?.

La extraba tanto..

-Vamos, Walter. ¿Cuantas veces te he dicho que ya basta de eso?.

Suspire, ya cansado de explicarle mis sentimientos.

-La extraño tanto, Jose.

-Lo se-dijo caminando hacia mi y colocando una mano en mi hombro- pero ya es hora de seguir adelante, además, ¿crees que a ella le hubiera gustado que estuvieras así?.

Tenia razón, debia continuar, pero no podía, era muy difícil.

Resignado, me puse de pie y abraze a mi amigo, agradeciendole, a lo que el respondió con otro abrazo.

Debía trabajar, recomponer mi vida y olvidarme de ella.

Me reí internamente, sabia que eso nunca pasaría.

Mi amor por ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora