Capitulo 3.

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Sacudo mi cabeza efusivamente, volviendo a la realidad. Mieeeeeerda. Otra vez. De nuevo. No puede ser.
Suelto un quejido audible para Leslie, quien esta a mi lado, en el auto, aqui dentro, no en su casa, ni abrazando a Jennifer.

No puede ser que haya pasado de nuevo..
Se supone que esto ya no deberia pasar..
Estaba gastando mi maldito dinero para que esto ¡NO PASE DE NUEVO!.

Si, estoy mal, me estoy volviendo loco, ¿no creerías que supere todo sin ninguna consecuencia, verdad?.

Tengo familia.

Gente que me quiere.

Amigos que me quieren.

Mujeres que me desean.

Tengo un jodido Mustang.

Una novia muerta.

Y me estaba volviendo loco.

-Tio, ¿estas bien?.- pregunto Leslie.

Estabamos estacionados, ahora si en casa de Leslie y se, con el mas profundo dolor de mi alma, que Jennifer no me esta esperando ahi.
¿Que tengo?, nadie lo sabe, solo conocen que me estoy desiquilibrando del mundo real y que cosas, como la que paso recien, van a terminar matandome.

Como dije antes, me estoy volviendo loco. El doctor dice que mi cerebro alucina con algo que deseo mucho y me aleja de la realidad, que la pérdida de mi novia me afecto hasta este grado.

¿Qué hago al respecto?, nada.

El doctor Nathan me dijo que pasara con el tiempo. Y debo decir, que se esta alargando mucho y simplemente no lo soporto, no soporto saber que aunque no piense en Jennifer todo el día, inconscientemente mi cerebro lo hace y crea escenarios que están guardados en lo mas dentro de mi.

-Si, cariño, llegamos.- respondí con fingido entusiasmo.

-Eso lo note, estamos aqui desde hace media hora y tu solo mirabas al frente mientras yo te hablaba.- exclamó exasperada, casi cantando aleluya al poder salir del coche.-¿Vienes?.- preguntó.

Negue con mi cabeza, despidiendome y alejandome a toda prisa de alli. Necesitaba distraerme, y sabia como hacerlo.

**************

-Vaaaaya, mira quien decidió volver de entre los muertos.- dijo Nick acariciando la cabeza de un Golden Retriever muy enfermo.

-El mismo y en persona.- respondí con guasa.

Nos reimos divertidos y nos fundimos en un abrazo al puro estilo varonil. Me sentia en casa, me sentía bien.

-¿Como va el trabajo?.

-Oh, genial, no han reportado más casos desde hace algunas semanas. ¿Como estas tu?.

-Ya sabes- suspire- lo mismo de siempre: dinero, autos, chicas sexys, todo lo que Walter quiere y tiene.

-Vaya- exclamo con un fingido interes y realmente algo sorprendido, aunque yo tambien lo estaba, nada de lo que dije era cierto y aunque pusiera en duda mi masculinidad, no queria tener la mayoria de las cosas que mencione anteriormente- veo que tu humor no se ha ido.

-Espero que nunca de vaya, a las chicas les gusta.- si yo quería mejorarme, debía hacerle creer a las demás personas que estaba bien, asi que estaba haciendo mi mejor esfuerzo.

-Lo que digas.- río distraídamente y volteando su cabeza al sonido de una llamada entrante por el teléfono sobre la mesa de madera, se puso de pie y descolgó. Fruncio el ceño, pareciendo concentrado en su conversación con quien fuera que estaba al otro lado de la línea. Colgó y me miro triunfante.- ¿Te apetece un pequeño trabajo para recordar viejos tiempos?.

Sonreí, chocando mi palma de la mano con el y adentrandome en la enorme van.

*************

-Allá esta, lo veo, camina.- hable a Nick mientras seguíamos agachados, esperando a que el Pitbull enorme se distrajera para poder sedarlo.

Si, rescate de animales, mi distracción. ¿Que pensabas?, ¿Carrera de autos?, ¿Boxeador?, ¿Batman?, definitivamente no.

Nos acercamos en cunclillas hacia el perro, con la red en mi mano y el tranquilizante en la mano de Nick, no siempre era necesario sedarlos, solo lo traíamos cuando se trataba de un perro que era catalogado como asesino. Empezé a silbar para llamar la atención del perro y funcionó. Me miro mostrando sus dientes y gruñendo despacio.
Me tense un poco, hacia tiempo que no hacia esto, digamos que estoy nervioso. Nick y yo intercambiamos miradas, coincidiendo en la misma idea, debíamos sedarlo o simplemente uno de nosotros se iría sin alguna parte de su cuerpo a casa y que me partiera un rayo si yo no quería volver completo.
Vimos nuestra oportunidad cuando el canino volteo a rascarse el cuerpo. Nos acercamos rápidamente hasta el y Nick se apresuro a inyectarlo, quedando asi el perro como un tronco. Lo tome entre mis brazos luego de pasarle la red a Nick y lo puse lo mas comodo que pude. Era enorme, y me enamore por segunda vez en mi vida, definitivamente lo tomaría para mi, era hermoso, su pelaje gris estaba perdiendo el color, nada que no se pudiera arreglar. Lo mire detalladamente, no pasaba de un año y era enorme en todo su esplendor.

Si, era mio.

Cuando llegue de nuevo a mi, digamos, segundo empleo, todos mis antiguos compañeros estaban allí, y realmente pase un buen rato, solo conversando, cuanto extrañaba esto.

Iba camino a casa y empeze a pensar en mi último ataque de locura, no fue un recuerdo, fue algo que yo quería que pasará, y que habia imaginado muchas veces. Me reí sin ganas, todo se estaba poniendo peor.

Baje del auto, poniendo la alarma y empecé a caminar hacia la entrada de mi casa, un sonido horrible me hizo bajar la mirada al pasto descubriendo un juguete de niño bajo mi pie. Uhg, la sobrina de Jose vino de visita de nuevo y no me molestaba, para nada, adoraba a esa niña, solo que su hermana pensaba que yo era una mala imitación de ama de casa. Por lo menos una ama de casa sexy. Me reí de mi estupidez.

Al levantarme, luego de tomar el odioso juguete mi mirada se fijo en un cuerpo esbelto, a pesar de los años, en la entrada de mi casa. Prudence. Gruñi, esa vieja verde me cargaba la vida echa mierda. De seguro vino a reclamarme algo, que bueno que no me encontraba en casa y al darme de cuenta de mi suerte casi bailo sobre el césped y hago el reconocido paso de el difunto Michael Jackson.

Ella se alejo de la puerta con el ceño fruncido y me tire en el piso, detrás de un árbol cerca de su auto. Inmediatamente me puse a rogar a Dios que Prudence no me viera.
Un teléfono empezó a sonar y casi lloro de felicidad cuando me fije que no era el mio.

-No se encontraba.- la oí decir- Tal vez otro dia- hizo silencio y me imagine que estaba escuchando a quien sea al otro lado de la línea hasta que explotó- ¡NO PUEDO DECIR NADA IMBÉCIL! ¡¿ACASO QUIERES QUE NOS DESCUBRAN?!. Nadie, escucheme bien, nadie se puede enterar de que Jennifer esta viva.

Mi amor por ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora