𝐀𝐋𝐋𝐔𝐑𝐄 | Aradia estaba dispuesta a comenzar su último año en Hogwarts, junto con sus mejores amigos; pero no contaba con qué su profesora de pociones sería su total perdición...
-¿Por qué no sólo me besas?-Dijo sin apartar su mirada de la m...
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𝓐𝒓𝒂𝒅𝒊𝒂 𝓒𝒂𝒎𝒑𝒆𝒍𝒍. 𝟹𝟸
Iba caminando a toda velocidad hacia la oficina de Hermione.
Tropecé varias veces en el camino pero solo me importa llegar a su oficina, al llegar subí corriendo las escaleras pronto llegue a la puerta y di unos cuantos golpes a ella.
Esta se abrió dejándome ver a Hermione.
—¿Aradia?—Dijo mirándome con evidente sorpresa
—Hola Granger—Dije dejando escapar una sonrisa nerviosa
—Pensé que nos veríamos mañana—Dijo mirándome, mientras encarnaba una ceja
Y yo también pensaba que sería así, no tenía planeado verla en el resto del día.
Pero tenía que encontrar algo.
—Mhm, si yo también lo pensé—Admití
—Bueno y que sucedió solecito—Dijo mirándome con curiosidad
—Es que olvidé algo, crees que podría pasar a buscarlo—Explique rápidamente
—Si por supuesto, pasa—Dijeo haciéndose a un lado para qué pudiera pasar
Definitivamente estaba sumamente nerviosa, ya que lo que había perdido tenía mucha importancia para mí, había sido un regalo, así que camine rápidamente y comencé a buscarlo con la vista desesperadamente.
Comencé a mover varias cosas de los sillones y unas cuantas más de la pequeña mesita del centro, intentando encontrar lo que había perdido.
—¿Qué buscas exactamente?, podria ayudarte—Dijo llamando mi atención, mientras continuaba buscando
Me detuve un momento, y tocaba mi cabello con desesperación al notar que no encontraba nada.
Podía sentir la mirada de Hermione sobre mi, seguramente estaba extrañada por la manera en la que estaba actuando.
Pero necesitaba encontrar lo que había perdido.
—Nada en especial la verdad, solo uhm—Dije moviendo la manos intentando explicar lo que decía, hasta que mi vista se centró en su dormitorio quiza estaba ahi lo que buscaba—, podría revisar ahí, ya que bueno...
—Claro, adelante—Dijo dejando escapar una pequeña risita
Lo cuál suponia que era gracias al rojizo de mis mejillas, que se habia ruborizado al recordar lo que habia pasado esta tardé.
Camine rápidamente hacia su dormitorio, al abrir la puerta todo estaba perfectamente ordenado y limpió, busqué sobre la cama incluso moví vatios cojines, y también busqué debajo de la cama y en algunos cajones pero no había nada.
