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Louis parpadea un par de veces y abre los ojos, Harry lo abraza por la cintura y tiene la nariz enterrada en el hueco de su cuello, el rostro de Louis está pegado al pecho de su Alfa, se gira un poco para que pueda ver la hora en el reloj que está en el buró, son las 3 de la madrugada, estira el brazo y prende la lámpara.

— Haz amor — dice suavemente — Despierta

Harry no se mueve ni un milímetro, Louis ya se está enfadando, tiene ganas de orinar y tiene un antojo y el inútil de su Alfa no abre los ojos.

— ¡Harry! — grita exasperado

El Alfa se levanta a la velocidad de un rayo, soltando bruscamente a Louis y poniéndose de pie, mira toda la habitación buscando una amenaza pero no hay nadie, vuelve a respirar tranquilo y gira para mirar a su Omega.

— ¡¿Por qué hiciste eso?! — pregunta irritado

— ¿Disculpa? — dice Louis ahora más enojado

— Me despertaste por un grito, pensé que alguien estaba haciéndote daño — pasa una mano por sus rizos tratando de calmarse

— Yo traté de despertarte pero no lo hacías, tengo ganas de orinar y un maldito antojo a las 3 de la madrugada — el Omega se cruza de brazos y desvía la mirada de su Alfa

Harry se sienta al borde de la cama y masajea los pies de Louis que salen de las sabanas, sabe que no debía molestarse, que su Omega solo trataba de despertarlo pero se asustó, pensó que algo malo le estaba pasando a su familia, no pueden culparlo por su reacción instintiva.

— Lo siento amor — dice besando el delicado tobillo de Louis — No debí gritarte, lo siento tanto

Louis voltea y mira la espalda encorvada de su Alfa que sigue repartiendo suaves besos por su pierna, su mal humor desaparece instantáneamente.

— Discúlpame tú también, no debí gritar para que despertaras

Harry levanta el rostro y le regala una sonrisa brillante, la luz de la lámpara se refleja en sus ojos verdes.

— Sé que duermo como una roca, la próxima ves muérdeme — dice riendo

— Lo haré — amenaza el ojiazul — Ahora quiero ir a orinar, me hago pipí

El pequeño Omega se levanta de la cama y entra al baño, orina y se lava las manos, cuando sale encuentra a Harry en la misma posición, el Alfa solo viste calzoncillos, su torso está desnudo, él se ver realmente caliente pero Louis no quiere sexo él quiere sandía.

— Hazza bebé — dice suavemente acercándose y sentándose en el regazo de su Alfa — Manchita quiere comer algo

— ¿Manchita o tú? — pregunta el Alfa divertido

— Bien, los dos — refunfuña el Omega — Queremos sandía

— ¿Sandia? — pregunta sorprendido — ¿Dónde voy a conseguir una sandía a estas horas?

— No lo sé pero queremos eso — dice dándole un beso a su Alfa

— Esta bien amor, iré a comprar, todo sea por mis bebés

Harry pone a Louis en la cama, le da un beso en la mejilla y se viste deprisa, el Omega lo ve salir de la habitación con su billetera en mano.

El rizado conduce hacia un centro comercial pero no encuentra la fruta, va a otro y tampoco, quiere arrancarse los rizos por la frustración, su Omega quiere una sandía pues él le conseguirá la maldita sandía.

Louis despierta nuevamente, el sol ya salió, mira el reloj y son las 9 de la mañana, Harry no está a su lado y la casa está en silencio, se pone sus pantuflas de conejitos y sale de la habitación, su Alfa no está en la cocina, ni en el patio, ni en la sala, está por volver a su habitación para agarrar su celular y llamarlo pero el ruido de las llaves lo hace detenerse.

La puerta se abre y Harry entra a casa, el Alfa tiene paja en el cabello, su polo blanco esta manchado con lo que Louis supone es barro y sus zapatos tienen lodo pero en sus manos tiene una gran sandia.

— ¡Conseguí la sandía, Sol! — dice Harry con alegría

— Veo pero ¿Qué te pasó? — dice señalando su ropa

— Oh — dice mirando el estado en el que se encuentra — Busqué por todos los supermercados pero no había — hace un puchero — Así que decidí ir a una granja, la mas cercana estaba a dos horas, conduje hasta ahí y una dulce ancianita me dejó cosechar una sandia pero habían regado por la noche asi que había algo de lodo pero ¡Conseguí la sandía! — finaliza con una brillante sonrisa extendiéndole la sandia a su Omega como una ofrenda

Louis lo mira con amor, él ama a Harry Styles.

— Gracias cariño — se acerca a su Alfa y toma la sandía — Se ve fresca seguro está deliciosa

— Espero que te guste y a Manchita también — dice con algo de nerviosismo

— Nos encantará, te amamos

— Yo los amo mucho más — el Alfa sonríe con hoyuelos y todo

— Lo sé pero ahora ve a darte una ducha por favor

— Pensé que te gustaba mi olor a macho — dice sensualmente

— Puagh — dice Louis haciendo una mueca de asco

Harry se ríe a carcajadas, Louis le guiña un ojo y se va a la cocina, él en serio quiere comer sandía.

BleuâtreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora