–¡Atrápenlo!El castillo del Mictlán era un desastre, tanto el gobernante de este reino como los sirvientes del castillo estaban persiguiendo a un esqueleto fugitivo...no, no estoy bromeando.
Resulta que varios dioses de la muerte le gustaban tener mascotas que pudieran ser compatibles con ellos, por lo cual, algunos son como Mictlantecuhtli y tienen esqueletos vivos de varios animales haciéndole compañía en su palacio, el problema con esto es que no todos suelen hacerle caso, algo que podemos ver ahora mismo que todos estaban persiguiendo al esqueleto de un ave quetzal, que volaba sin rumbo fijo para escapar de todo el que quisiera atraparlo, incluso varios sirvientes terminaron golpeándose entre la persecusión.
Incluso otros animales esqueleto terminaron con sus huesos separados por los golpes, mientras que Mictlantecuhtli siendo el único que seguía de pie trataba de alcanzarlo saltando, mandando magia o lanzando objetos en contra del ave.
–Dios Mictlantecuhtli.
Y de pronto, Hermes entró tranquilo al palacio del Mictlán, deteniendo de pronto al ave esqueleto enfrente del griego, pero sin tiempo para reaccionar, Mictlantecuhtli atrapó al ave lanzándose sobre ella y segundos después cayendo sobre Hermes, ambos golpeándose con la puerta por la fuerza de gravedad.
–¡Lo atrapé!–gritó Mictlantecuhtli alzando al esqueleto del ave, que empezó a retorcerse en busca de liberarse.
–¿Por qué el golpe?–preguntó Hermes casi sin aire debajo del azteca.
–¿Ah?–Mictlantecuhtli volteó hacia abajo y se sorprendió al ver al mensajero–¡Hermes! Perdona, no te ví mientras cazaba esto–dijo levantándose y levantando al griego.
–No importa, no fue grave...–dijo Hermes acomodando su traje antes de ver hacia el esqueleto que el mexica tenía–¿qué eso?
–¿Esto? Es un quetzal esqueleto, se supone que es una de mis mascotas, pero es bastante inquieto y no me hace caso–dijo Mictlantecuhtli soltando al esqueleto, quien agitó sus alas para mantenerse en el aire.
–Es una ave...¿linda?–dijo Hermes sin saber cómo tomarse aquello–parece pintada...
–Normalmente los esqueletos de animales tienen rasgos que hacen recordar a sus "versiones con piel"–dijo Mictlantecuhtli poniendo las comillas en el aire.
–En cierto modo, sí hace más fácil diferenciarlos–dijo Hermes acercando una mano hacia el esqueleto.
El ave quetzal hizo un pequeño movimiento de alejamiento antes de parecer aceptar posarse en la muñeca del dios griego, quien bajó un poco la mano para con la otra acariciarle ligeramente la cabeza.
–Oye, ¿a él sí le permites acariciarte y a mí me muerdes?–dijo Mictlantecuhtli cruzando los brazos con un puchero, aunque a Hermes le sacó una suave risa.
–Tal vez usted no se ha ganado su confianza–dijo Hermes al instante provocando que el ave pareciera gruñirle al mayor.
–Oye, yo te reanime–dijo Mictlantecuhtli mostrándose ofendido hacia el ave.
–¿Le puso un nombre?–preguntó Hermes alzando una ceja.
–Yo—–el albino se quedó callado al instante–no me presiones así, tengo muchos–dijo Mictlantecuhtli desviando la mirada.
–Tal vez por eso está enojado con usted–dijo Hermes alzando un poco al esqueleto hacia Mictlantecuhtli, pero este se volteó hacia el lado contrario–sí, debe ser por eso...
–¿Quiere un nombre? Pues lo castigaré sin darle uno por tres días por hacerme perseguirlo–dijo Mictlantecuhtli enfrentando al ave, quien de igual forma lo miró mal.
–Mmm...¿qué tal si le ponemos "Sihuca"?–preguntó Hermes aparentemente emocionado al esqueleto, ya que movió sus alas al instante en que lo escuchó.
–¿"Sihuca"?–Mictlantecuhtli pareció un poco molesto con que ese ave recibiera un nombre luego de hacerlo correr por todo el palacio.
–Creo que para ustedes debe significar "el pequeño de la familia", ¿no?–dijo Hermes sin prestar atención a la expresión del Señor del Mictlán.
Aunque no necesitaba verlas, después de todo con el cariño que el mensajero le estaba mostrando al pequeño esqueleto, su expresión se suavizó y hasta pasó a una sonrisa.
–Ya, ya...–suspiró tranquilamente–lo dejaré pasar solo porque acertaste en el significado de ese nombre–dijo Mictlantecuhtli poniendo sobre la cabeza de Hermes una mano–el ave se llamará Sihuca
–Me alegra estaré aprendiendo más de su cultura, además de poder ponerle el nombre a una de sus mascotas–dijo Hermes sin molestarse con aquella caricia, todo lo contrario, hasta pareció agradarle.
Aunque luego Sihuca se alzó y picoteo a Mictlantecuhtli en la mano para que la quitara de la cabeza de Hermes y así el esqueleto poder posarse en ello, ganándose una maldición entre la forzada sonrisa de Mictlantecuhtli por haberle alejado del griego.
ESTÁS LEYENDO
Camino al Mictlán ☠️🎼 Mictlantecuhtli X Hermes ☠️🎼
FanfictionPequeños relatos románticos sobre el Señor del Mictlán y el Mensajero de los Dioses desde la perspectiva de cada uno ☠️ La lógica me vale verga y mis horribles títulos también 🎼 Porque este dios junto con Quetzalcóatl es de mis favoritos de los azt...