I. Recuerdos

360 47 20
                                    

"¡Jungkook!" Siempre detrás de él, gritaba para poder alcanzarlo, la nieve empezaba a caer y el ambiente helaba sus huesos, más en aquellas casas para familias pobres dónde a penas tienes una cama para todos, una cocina y un baño. Pero Jimin a sus diez años no dejaba de seguirle, Jungkook era un año menor que él, pero mostraba tanta agilidad e ingenio como si fuera un adolescente.

Lógico en un ambiente tan duro como aquel en el que vivían no podían ser tontos o débiles. Jimin se metió en la casucha y corrió a la cama, se escabulló entre las sábanas viejas y se acurrucó a su lado. Este solo bufó y lo abrazó.

— Tengo frío.

— Eres un bobo debiste quedarte en tu casa, siempre me sigues... Yo también tengo frío.

— Por eso entre ambos podemos quitarnoslo. Kookie no seas malo.

Hizo un puchero y Jungkook solo lo abrazó para quitarle el frío. Eso era cada día hasta que la madre de Jimin llegaba a casa y empezaba a llamarlo. El barrio pobre de Busan estaba lleno de drogas, pandillas y prostitución. Un ambiente totalmente insano para unos niños, peor para Jungkook donde su padre vendía drogas y él debía librarse de sus enemigos.

La madre de Jimin trabajaba en un café haciendo postres y su hermano mayor Yoongi de trece años trabajaba medio tiempo limpiando los estantes de un bar. Jimin trataba de sacar buenas notas para que su madre no se preocupara.  Jimin era feliz al lado de Jungkook era su amigo que le hacía sentir cosquillas en su estómago.

— Tae vendrá pronto ve a casa.

— Podemos estar los tres.

— ¡Olvídalo Mochi! Además es tarde y papá pronto vendrá y no me gusta como te ve.

Jimin asintió y salió de la casa, Taehyung de su misma edad llegaba a la casucha con una bolsa de pan y soda. Cuando llegó a casa su hermano le dió un sándwich y se sentaron a comer. El tiempo pasaba en el barrio pobre, Jimin creció a sus catorce años lucía un cuerpo apetecible para cualquiera, sin embargo su inocencia le hacía comportarse como siempre metiéndose en la cama de un Jungkook que empezaba a despertar ante los roces de aquel bonito chico.

Pero un evento en sus vidas los hizo separarse, cierto día Jimin llegó a la casa de Jungkook, pero este no estaba Jimin se metió en la cama para esperarlo. De pronto la puerta se abrió y Taehyung junto a Jungkook llegaron con una chica, se empezaron a besar y Jimin observó como su dulce Kook era abrazado y mordido por una joven.

Sollozo llamando la atención de los tres, Jungkook frunció el ceño y cuando iba a decir algo su padre entró.

— Pero mira nada más, el bonito Park en la cama.

— Él no es para ti...

— Jungkook él solo vino a meterse a la cama, al igual que la puta quiere sexo.

Se acercó a Jimin quien se alejó rápido, pero el padre de Jungkook lo agarró del brazo, fue en ese momento que Jungkook golpeó a su padre con un palo de golf viejo.

— Kook.

— ¡Lárgate Jimin y no vuelvas!

Jimin vio los ojos de Jungkook y salió de la casa, su hermano lo vio y decidió con su madre irse de Busan. Jungkook solo lo vio irse deseando que pudiese alejarse de toda la mierda en la que él vivía. — Es lo mejor para él, Kook.

— Si, pero está mierda se acabará hoy.

Dijo viendo a su padre con odio. Jimin lloró desconsoladamente y se agitó sintiendo todos aquellos recuerdos golpeándolo fuerte. Se despertó y observó la habitación, no era el cuartucho ni menos la cama de Jungkook. Se levantó y se vio al espejo y ya no tenía catorce años, ahora era un joven de veintiun años, estudiante de diseño en la universidad y trabajador de medio tiempo.

Winter FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora