Segundo día que viene a la preparatoria, segundo día teniéndola más que cerca y no me atrevo a hablarle. Aunque en realidad ha sido así casi toda mi vida, es decir, su casa queda en el próximo vecindario.
Ayer se fue y no fui capaz de decirle nada, las siguientes clases las tuve con ella, ¿pueden creerlo? ¡pero nada pasó! ¡Tampoco me atreví a hablarle! Aunque, creo que en lo poco que me han leído, ya saben que soy un cobarde cuando de Megan se trata. La verdad es que frecuentemente no debo recurrir a la valentía, porque nada emocionante pasa en mi vida, pero Megan cambia eso, cuando ella aparece todo parece cambiar de perspectiva, como si cada paso valiera.
Hoy ha sido igual, la he tenido cerca y no he sido capaz de decir ni hacer nada. Como siempre, la he observado desde lejos, desde el fondo de cada clase. Ya es hora de irse a casa, las clases han terminado. Voy saliendo por el estacionamiento de la preparatoria cuando la veo junto a su motocicleta, parece sentir mi mirada porque se voltea y me ve, pero me ignora, se pone su casco y se sube a la motocicleta para marcharse del lugar.
Hemos venido a mi casa con Evan, hemos estado jugando videojuegos mientras comemos chucherías, me ha contado que asistirá a una fiesta y después de escucharlo rogar mil veces, decido acompañarlo. Espero que mi semana libre de tareas valga la pena. Ha prometido hacer todas mis tareas por una semana si lo acompaño a esa estúpida fiesta. Él siempre asiste, ósea, en el capitán del equipo, ¿Cómo no? Pero yo suelo no asistir y esperar hasta que llegue de la fiesta para jugar videojuegos, pero lastimosamente hoy no es el caso. Aún así, dentro de mí estoy un tanto ansioso y emocionado, lo más probable es que Megan asista a esa fiesta, porque no es una fiesta de la preparatoria, es de la ciudad y ahí siempre asisten los de las motocicletas, incluyendo a Megan.
Según Evan debo ir "sexy" y si ir sexy para él es ir solo en camiseta y chamarra y morirme de frío, no gracias, prefiero una chaqueta y polerón. Él siempre me ha alentado con Megan, sabe que me gusta desde que somos pequeños, pero respeta mis tiempos, lastimosamente ha tenido que respetar demasiados años. Como les he dicho, Megan me gusta desde que tengo uso de razón y pasaron demasiados años para volver a decirle una palabra. Creo que Evan está incluso más emocionado que yo porque me haya defendido, pero yo no quiero hacerme ilusiones, porque Megan no es mala, pero no significa que me haya defendido por algo en especial, en el fondo es buena persona y eso explicaría porqué me defendió.
Ya vamos de camino en la camioneta de Evan y voy con toda la valentía para hablarle a Megan. Evan ya me ha dado instructivos y voy concentrado en ello.
—No lo olvides —dice— si no quiere hablar, tú simplemente te das la media vuelta y te vas, nada de lloriqueos. Y si acepta, ya es tuya, dale con todo. —Parece que él no parece darse cuenta que yo no soy el capitán del equipo.
—Sí, sí, está bien —le respondo yo para dejarlo tranquilo— Datos aprendidos.
—Daniel, te estoy hablando en serio —me recrimina.
—Sí, sí ya lo he entendido. —Vuelvo a convencerlo.
—Entonces, vamos. ¡Dale tigre! —Me alienta Evan. Quizá sí me tiene fe después de todo.
Voy todo valiente y repasando las líneas en mi cabeza, pero todo se va al carajo cuando la veo ahí parada junto a sus amigos. Lleva su aspecto tan temible de siempre. Está de negro, como suele estar la mayor parte del tiempo y va vestida con jeans ajustados y su flamante chaqueta negra de cuero. Diferentes accesorios adornan sus orejas y cuello. Debo admitir que cada centímetro de su cuello parece perfecto bajo esas cadenas. Y aunque la anhele tanto, me he arrepentido, no soy tan valiente después de todo.
Ya ha pasado media fiesta y me estoy aburriendo, pero mi cuerpo no acompaña y no reacciona a quererme acompañar donde Megan. O quizá mi mente o mi corazón, no lo sé, pero no puedo moverme hasta ella. Comienzo a repasar en mi mente nuevamente cómo me dirigiré a ella, así que me ánimo y me decido a hablarle. Vamos Daniel, tú puedes. Vamos. Unos cuantos metros más allá puedo ver que Evan me alienta y me hace un gesto con la cabeza de que me acerque a Megan.