Capitulo XIX

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FEMME FATALE
Libro disponible en físico y digital, envíen mensaje para mayor información.
Fotografía de Odin Corona y portada del libro

                              

   Así que lo mínimo que merece es que le diga la verdad. Tome mi trago y pedí una ronda más, las chicas no dijeron nada, después de unos minutos Regina me sonrió para decir —No importa si hoy te rompes, juntaremos los pedazos, brindaremos con tequila y helado y quizá en un tiempo nos reiremos de esto, así que anda, debes ir a arreglarte — un trago más para ganar valor o perder vergüenza que es lo mismo, uno se vuelve más valiente con alcohol encima. Llegue a casa, vi de nuevo el vestido y los detalles de Dan y no pude evitar llorar, así que me metí a bañar, disimule mis lagrimas con el agua que caía de la regadera, ¿quién no ha hecho eso? Aunque para mí era la primera vez, me sentía ridículamente enamorada y triste, salí de la regadera y comencé a arreglarme, una botella de vino para los nervios, entre tanto hoy debía estar bellísima porque quizá esta noche sería la última vez que me vea y quiero que me recuerde de la mejor manera. Una última vez en el espejo y media botella de vino después era la hora, de pronto, se escuchaba una melodía a lo lejos, algo que no escuchaba en años, de mi época de secundaría, donde la canciones se dedicaban como cartas de amor en hojas de cuaderno, y crees que todos son tu gran amor, pero no, igual nos gustaba sentir que éramos grandes, en particular esa canción dice lo que le quieres decir a tu primer amor, o al último o en el mejor de los casos a quién se quede al final contigo.

   Abrí mi ventanal para escuchar mejor mientras esperaba a Dan, y para mi sorpresa era el estúpido de Dan, haciéndome caso cuando le digo que quiero un amor con escenas de películas, con su celular y un altavoz mientras desafinado entona la canción, y tararea mientras me hace gestos de amor, Mago de Oz, quizá para muchos no tendrá mucho caso, pero la letra me dio a entender que yo era su primer amor, y él para mí el último

Melodian- Mago de Oz

“Mi primer poema lo escribí al perder mi gran amor
La primera letra que escribí fue la carta en la que le dije adiós
La primera estrofa que canté fueron llantos al nacer
Por los gritos cuentan que elegí por nana un rock and roll

Desde que tengo razón
Ella ha sido mi consuelo, ella es mi voz

No voy a dejarte nunca, pues tú eres mi amor
No voy a olvidarte mientras viva
No te cambiaré tú eres mi primer amor
Pues mi casa es una canción

El primer país al que viaje lo hice sin mover los pies
Una melodía me llevo de turismo hacia mi voz
La primera vez que dije: “amor”, un piano habló por mí
La primera vez que me vendí mi guitarra se rompió

Pentagramas en mi piel
Tatuándome de estrofas mi canción

No voy a dejarte nunca, pues tú eres mi amor
No voy a olvidarte mientras viva
No te cambiaré tú eres mi primer amor
Pues mi casa es una canción

Si abandonas una melodía, un verso o una canción
Se te pudrirá de soledad tu voz

No voy a dejarte nunca, pues tú eres mi amor
No voy a olvidarte mientras viva
No te cambiaré tú eres mi primer amor
Pues mi casa es una canción

No voy a olvidarte nunca, sólo abrázame
Entre versos anida mi voz
Y si he de morir, que me entierren junto a ti
Sobre el ataúd de una canción”

Las lagrimas acompañaron mi sonrisa, hombre perfecto que te regala hacer el ridículo porque quieres un amor de película, al terminar la canción me grito —¡Liliiiiiith, voy a subir a cobrar el precio por el ridículo que hice¡— solo pude reír ya que siempre tenía esa manía de arruinar los momentos cursis, me arregle el maquillaje y me seque las lagrimas, al abrir la puerta ya estaba ahí, tan él, con su sonrisa colgada, con el megáfono en la mano, y en la otra una botella, y solo dijo —¡Me dijeron que tú eras mi final feliz! — Y  con eso me rompió, pero aún moría de miedo por contárselo, me beso tan violentamente que casi se roba el alma, pero me la devolvió con un “Mi lugar está entre tus besos” acto seguido entro al apartamento y fui a cerrar las puertas del balcón, fue tras de mi y me acorralo ahí, con el ventanal abierto y las luces como testigo —No sabes cuánto te extrañe, la falta que me hacían tus besos, las veces que tuve que masturbarme en tu nombre, pensando en ti, en tus muslos, en tus labios, en tu manera de correrte en mi boca, dejando de lado el amor que me das y yo siento por ti, eres la mejor cama he tenido, te conocí como se conocen las mujeres fáciles sin saber que serías la que me traería loco por probar tu cuerpo cada que hay oportunidad, si vine hasta aquí es para quitarte ese vestido rojo ya después iremos a la fiesta mientras voltéate que quiero enseñarte cómo se siente el amor gritado a los cuatro vientos —    me acelere y arroje un gemido suave a lo que él respondió con una repentina erección, tan fuerte que se incrustaba entre mis nalgas haciendo que el vestido se sumiera, de pronto ya mis manos quitaban apresuradamente su saco y su boca había pasado de mi cuello resbalándose hasta mis senos, no sé en qué momento baje su bragueta pero cuando lo note ya estaba cubriendo su erección con toda mi boca, entre mis comisuras escurría una cantidad inexplicable de saliva y liquido pre seminal, era delicioso escuchar sus gemidos mientras me tomaba del cabello y me forzaba a abarcar más su miembro, hasta el punto de ahogarme y sacarlo de nuevo solo para dejarme tomar más aire, de rodillas con mis pezones erectos presionados por mi ajustado vestido y mi excitación provocando una lubricación excesiva que estaba llegando a mis rodillas y mojando la alfombra de la habitación ya estaba impaciente de sentirlo dentro, de ser su puta, coger como puta, portarme como puta e irme al amanecer como las putas, me tomo del cabello para levantarme, metió su mano derecha bajo mi vestido haciéndose paso con los dedos para hacer de lado mi tanga y así lograr meterlos tan dentro que sentía que tenía un miembro ahí dentro, solo era un aperitivo para la penetración, con la mano que dejo libro me tomo de las nalgas y me levanto a lo que respondí abriendo las piernas y en un movimiento que pareció ensayado, me penetro, tan fuerte que dolió, y así, así di la bienvenida a mi primer orgasmo de esa noche, al verme desvanecida por la pequeña muerte que me provoco me arrojo sobre la cama, mientras quito su camisa y me dejo ver su perfecto torso firme y tatuado, intente levantarme para quitar mi vestido pero cuando sentí ya estaba de nuevo dentro de mí, al parecer no había la posibilidad de tregua, empujo fuerte una y otra vez, dolía, recuerdo que sus centímetros dolían, pero era tan placenteros que mis gemidos le pedían más, cual mariposa abría las que en mí eran piernas, con mis uñas aruñaba su espalda cual gato, y mis mordidas en su cuello le pedían piedad cuál sirena torturada, era inexplicable, el me hacía ser muchos seres en uno, pero en el éxtasis recupere fuerzas y con las piernas lo empuje fuera de mí para abrirme paso y estar arriba de él, desde ahí la vista era perfecta, tenía razón, desde ese ángulo esas luces que precedieron a mi orgasmo eran mejores que las de la vista del balcón, lo odie porque su ego no era una broma, en verdad me hacía querer más de él, logro hacerme mojar las sabanas, escurrir sobre sus caderas, llegar a mis adentros y volver a salir, pero mis piernas volvían a perder fuerza, me tomo de la cadera y me doblo cual origami, levantando mi culo hacia él, bajando mi espalda y pidiendo me sujetara de las sabanas o de donde pudiera y me embistió cual desquiciado y enfermo me penetro con tal fuerza que sentía romperme en dos, sus bolas rebotaban en mi clítoris, en movimientos rápidos y bruscos me metía y sacaba su miembro entero, cada tres penetraciones tenía un orgasmo y no es que los contará es que perdía la respiración y después del orgasmo gritaba ¡Para! Pero él no se detenía, por egocentrismo y por placer, en un movimiento lo saco tanto que al volver a entrar me penetro analmente, grite, pero no tuve valor para que se saliera así que le dije —Ya estás ahí, anda sírvete —Ahora sí eres una puta, eso lo diría una —Entonces sin miedo, hazlo con la fuerza y tanto tiempo como quieras— y así lo hizo, saco de él esa parte que aún no conocía, era como si quisiera enamorarme de distinta manera, aunque quizá así como yo, él me extraño tanto. Mientras yo divagaba el estaba ahí, sirviéndose de mi, y me gustaba, se movió tan rápido que solo podía sentir como empujaba al tope y sus bolas ya no hacían tanto espacio al pegarme, me encorvo más, tiro de mi cabello al mismo que me daba nalgadas, era tan versátil que me estaba causando placer, un doloroso placer, que no duro mucho porque cuando grite ¡Dame más fuerte, no sabes cómo me encanta apretarte con el culo! No tardo en venirse y sí, lo hizo dentro, su eyaculación fue larga y abundante, escurría y aún no terminaba. Cuando sus piernas ya no resistieron cayó sobre mí, sin salirse, hizo aún lado mi cabello y dijo en un susurro a mi oído. —Eres oficialmente la mujer que saca mis demonios — yo me deje caer y solo pude susurrar —Eres oficialmente el que apacigua la bruja que soy — Sonrió con un suspiro y me beso. Su erección fue desapareciendo y con ella ya habían pasado un par de horas, habíamos perdido la noción del tiempo, a lo que me pidió que me vistiera — Lilith no quiero sonar patán ni aplicar la de te vistes y te vas pero tenemos que irnos— y yo, ahí, con el sexo palpitando, el quizá en el aire y un poco ebria de amor y de alcohol no pude más y mientras me subía el cierre del hermoso vestido rojo le solté la verdad     —¡Me acosté con otro! — sí, se lo dije mientras le daba la espalda, como una cobarde, pero el termino de subir mi cierre, me tomo de la cintura con delicadeza y me puso de frente — Mírame a los ojos y repítelo — las lagrimas se apoderaron de mí y él con la mayor calma exclamo —No Lilith, no vengas ahora con lagrimas que  seguramente cuando estabas en el acto no llorabas, ni cuando decidiste hacerlo derramaste una lagrima, así que no me vengas con arrepentimientos vanos que quién ama no daña. Te haré tres preguntas y de ello dependerá lo que pasará, saltemos esa parte de los reproches y pretextos y hagamos esto rápido. ¿Te obligaron? ¿Lo hiciste por dinero? ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Lo pensaste bien antes de irte a la cama con alguien más? ¿Te arrepientes? ¿Cómo lo vas a solucionar? Anda responde—

Elizabeth Santillan ©️

FEMME FATALE-Disponible en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora