XXVIII

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Ya no contaba el tiempo, ya no esperaba a nadie, solo disfrutaba yme dejaba llevar. Una noche saliendo de la oficina me invito a cenar,pero esta vez no íbamos a ningún lugar aventurado, o quizá sí, era lamayor aventura para los dos.Llegamos a un edificio, saludo al portero y dijo — ¡Bienvenida a miapartamento, esta noche solo será de nosotros! —Estaba nerviosa sería mi primer noche junto a él, si quizá parezcatonto pero en todo este tiempo no nos habíamos acostado.Esa noche descubrí que después del sexo se hace el amor, quiéndiga que siempre al follar hace el amor está mintiendo; no es cierto,El amor se hace después de follar,primero va el sexo,las bajas pasiones,los instintos animales,el fuego carnal,los orgasmos gritados,los gemido ahogados,las nalgadasy los fluidos combinados en un oral,el sexo es sucio y perversoes el olvido del pudory los jalones de cabelloes decir ¡Dame duro!y mostrarse putaes acabarse corriendo sobre un cuerpo ajenonalgadas excitantesy besos con saliva y lenguaes sudor y olor a infiernohuesos quemadospubis gastadoshoteles de pasoasientos traseroso dónde nos encuentren las ganasterminar sudadosjadeando y despeinadoscon la espalda arañaday marcas de haber ido a guerra;Pero después del sexo él me hizo el amor, dejo que recuperara elaliento y para evitar el frío que provoca que el sudor se seque mecubrió con una sábana, y me soplo la nuca, me acaricio las piernas,pero no dice nada, me observa, desnuda, jadeando y despeinada,besa mis hombros y llevo sus dedos entre mi cabello y con pacienciaempezó intentar desenredarlo, mientras me siguió besando y metararea una canción, espero a que pasara mi momento de calor yacerco su pecho a mi espalda, lento, hasta acomodarse en unmomento perfecto, entrelazamos las piernas, pero dejo libres misbrazos, sabe que tanto amor me destruye, no dijo nada, ni espero queyo tenga más ganas y para decirme cuánto me ama dibuja con sudedo infinitos, en mi espalda los dibuja a modo de terapia, hasta queconseguí dormir, no sé cuánto tiempo tarde en conciliar el sueñopero cuando desperté en la madrugada sus dedos estaban acentímetros de mi espalda, seguramente el tonto se quedó dormidointentando descubrir cuanto me ama; ¡Vaya tonto, no sabe que losinfinitos, nunca se acaban!


FEMME FATALE-Disponible en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora