FEMME FATALE-Disponible en Físico

XXIII

Y así, después de tano, después de haber perdido al amor de mivida, estaba de nuevo en donde comenzó todo pero esta vez, como lopredijo Dan el maldito destino no me dejaría en paz, y justo ahí, en elpasillo a la habitación me tope con él, sí era Dan, más guapo, mássonriente, mejor acompañado, un poco ebrio. Nos topamos de frentemi corazón se quería salir del pecho, mi respiración era agitada, mimundo se derrumbo al verlo salir, no solo con Diana, si no con otrachica, justo ahí justo de frente, se paro frente a mi y me dio un granbeso, y dijo —Te pareces al amor de mi vida, pero ya estoy ebrio yalgo cansado, igual no quería perder la oportunidad de creer que eresella Lilith, si un día quieres salir... — soltó a la chica rubia, se tambaleoun poco pero consiguió sacar su cartera — Sí un día quieres salir, aquíestá mi tarjeta, suelo ser más divertido sobrio, y te aseguro buenassesiones de sexo—Diana sonrió y dijo, esto pasa cuando un chico bueno encuentra auna chica mala y se enamora.Tomo de nuevo a Dan y siguieron su camino, y yo, yo me quedeahí parada, maldiciendo al destino, con una tormenta por dentro ycon una invitación para tener sexo de quién esta devastado por suamor perdido sin saber que esta noche se lo topo de frente y mostrosus ruinas.Después de ese hecho yo ya no podía tener sexo, ya no quería, nopodía, parece que cuando se te regresa la vida o mejor dicho turegresas a la vida esta te da un golpe a traición y te tira de nuevo,quizá para ver si eres fuerte y te vuelves a levantar, quizá para ver queno te vuelvas a equivocar.Salí de ahí, sin sexo, dejando a ese hombre como tonto, enojado yansioso, pero no podía así que huí como lo he hecho siempre, lleguea casa, una botella de whisky, música y llorar hasta dormirme.A la mañana siguiente, mi ansiedad y el extrañarlo tanto me hizohacer idioteces y le marque a Diana, ella me contesto el teléfono alsegundo tono enseguida me desahogue y le grite — Eres unaaprovechada por lo que está sucediendo, debiste dejar pasar untiempo para volverte a meter con él— pero a Diana no le molestanmis gritos ni tampoco les da importancia me cuelga y enfurecida yciega de rabia me dirijo a su casa, al llegar ahí no pensé más que enque abriera la puerta así que toque frenéticamente. Y Diana me vio através de la perilla, yo estaba tan molesta que estaba mentandomadres a la puerta aún sin estar abierta, con mis brazos cruzados, elceño fruncido y ganas de matar a alguien, por la mente de Diana pasotodo lo que pasaría si me abre o no incluso tiene miedo y las mujeresson culeras cuando se enfrentan a otra mujer, me abre con pose divacabrona — ¿Qué quieres? — empuje la puerta furiosa.