Malentendido

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Un día Rin paseaba por las afueras de la aldea, cerca de la entrada, esperando como siempre, a que su señor llegara. Tal vez ese día también se quedara esperando por nada, el nunca llegaba en un día específico, simplemente aparecía en cualquier momento, generalmente cerca del anochecer, por lo cual ella lo esperaba a esas horas, siempre, una y otra vez. Desde la distancia Inuyasha vigilaba, Sesshomaru los mataría a todos si algo le sucediera a Rin. Ella se sentía protegida, por lo que iba sola por allí sin temor.

Sesshomaru se acercaba ya, como siempre, cada cierto tiempo iba a visitarla, le llevaba algún obsequio, le gustaba verla crecer y lo feliz que parecía ponerse estando a su lado. Parecía brillar como una luna llena... Estaba cerca ya cuando vio a Rin y a un joven que se acercaba, se quedó detrás de un árbol, solo escuchando.

Un joven de la aldea le salió al paso a Rin de pronto - ¿otra vez esperándolo? Rin, el no vendrá, ¿por qué siempre lo esperas? ¿Por qué no puedes simplemente olvidarlo? - Rin se vio asaltada de pronto por tantas preguntas que no pudo responder más que con balbuceos y tartamudeos nerviosos - Kyosuke... y-yo... Es que... - y se mordió los labios y bajo la cabeza, negando. Ella no quería olvidarse de él, su corazón ya había tomado la decisión.

- Te he ofrecido todo lo que tengo, serías una mujer feliz si te casas conmigo, te lo puedo prometer... - las palabras de ese joven no le gustaban, ella debía decidir, no quería a nadie más  entrometiéndose en sus sentimientos - ¿Cómo sabes que te quiere? Tal vez solo eres como... Como su mascota, o un capricho. Probablemente tenga otra mujer demonio por ahí, eso sería normal, tú eres una humana, deja de pensar en ese demonio, debes vivir una vida simple de humana - dolía, sus palabras dolían y él decía que podía hacerla feliz? Aún así, esas palabras calaron hondo y la hicieron dudar por largo rato. Habría alguien más?

Sesshomaru, ante el silencio de Rin, frunció el ceño y comenzó a alejarse, tal vez la confianza entre ambos no era tal como él la creía. Si ese era el caso, no merecía la pena permanecer en ese lugar. Rin aún no había aclarado su corazón y posiblemente el no fuera la elección al final.

La voz de rin comenzó a tomar poder nuevamente al salir de sus pensamientos - tal vez... ¡Tal vez no quiero una vida simple de humana! Y si soy yo o es otra, ese asunto no te incumbe ¡Nunca te aceptaré. Ya no me busques! - y avanzo a paso rápido fuera de la aldea, hacia el bosque. Estaba enojada, estaba confundida, estaba triste. Ella confiaba en su señor, él nunca le había mentido o fallado, ¿por que alguien venía a querer implantar dudas en su mente? Sus ojos comenzaron a empañarse por lágrimas que amenazaban con salir. Seco con el puño sus ojos y al abrirlos le pareció verlo, le pareció... Sentirlo... Allí estaba, Sesshomaru había ido pero... Se alejaba... Seguramente los había escuchado.

DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora