Invisible

23. Dame un beso

Un simple beso se trasformó en algo más, por un segundo olvide que estábamos en la casa de su madre, ahogue mis gemidos en su boca mientras él me devoraba a fuego lento.

—Ita..

—Saku, te necesito..

—¿y si nos escuchan?

—no lo harán preciosa..

Él saco mi camiseta y mande al carajo cualquier otro pensamiento, cuando su torso hizo contacto con mi piel apreté mis labios para que mi gemido quedara dentro de mi boca, saco mis bragas y bajo su pantalón, verlo desnudo me noquea siempre, por que parece un sueño erotico perfecto y masculino, demasiado irreal para mis sentidos, él se gana entre mis piernas con suavidad, sus manos afirman su nuca mientras me besa y siento como su cuerpo se alinea con el mío, me aferro a su espalda, mientras él se mece suave y profundo dentro de mi, veo el fuego y amor en sus ojos negros, algo cambio en él pero no se que es.

—te quiero Ita

Me besa nuevamente y enredo todo mi cuerpo en el suyo, me gira y quedo sobre él, su sonrisa se agranda cuando sus manos bajan mi cuello y me vuelve a besar, tan suave y decadente..

—yo también te quiero Saku. -dice contra mi boca-

—🌹—

Despierto con todo el peso de Itachi en mi cuerpo, le doy una nalgada en ese trasero de infarto y él levanta la cabeza de un golpe.

—hola hermoso elemento de la naturaleza.

Itachi me mira asombrado y luego suelta una carcajada.

—pequeña odiosa!

Me muerde uno de mis pechos y yo grito.

—Itachi! Eso me dolió!

Él aún sigue riendo, aún está sobre mi cuerpo y podría despertarme cada día de esta forma y siempre estaría con una sonrisa enorme el resto del día.

La puerta se abre y Mikoto abre los ojos con asombro y luego se los tapa con las manos.

—lo siento! Dios lo siento, solo quería saber si ibas a desayunar. -dice sonrojada-

Itachi intenta esconder una sonrisa y luego para mi asombro le habla de forma suave y calmada.

—iremos enseguida mamá

Mikoto saca sus manos de los ojos y sus ojos se llenan de lágrimas, pero su sonrisa resplandece en medio de la nostalgia.

—los dejo para que se vistan.

Cuando cierra la puerta yo delineo su rostro con mis dedos, él gira la cabeza en mi dirección.

—gracias por preguntarle a mi madre por que me dejó.. yo no recordaba del todo cuando ella se fue, pero ahora puedo recordar lo qué pasó y entiendo que no fue su culpa..

—quiero que seas feliz Ita, tu madre te ama y es adorable.

—lo se..

Me muerde el cuello y entra en mi haciéndome jadear.

—no se que me hiciste pelirosa, pero soy adicto a ti..

—Ita.. tu siempre has sido mi droga, desde el primer día que mis ojos se posaron en ti.

Me sonríe ladino y me embiste rápido y fuerte haciendo que mi cabeza caiga hacia atrás, me besa para ahogar mi gemido gutural y exploto aferrándome a su espalda, lo siento tensarse y caer rendido sobre mi cuerpo.