Invisible

24. ¿Invisible?

—oh mierda Itachi! Más fuerte!

Sus jadeos y gemidos llenan mi habitación, su cabello está enredado en mis manos y verla así tan desenfrenada por mis caricias me prende como un maldito animal.

Su espalda brilla con las gotas de sudor, la manera en que sol la acaricia hace que su piel se vea aun más hermosa, esta chica es la cosa más increíble que pudo cruzarse en mi camino.

Nunca fue invisible a mis ojos, es imposible no notar una cabellera rosada y un carácter llamativo, más si viene acompañado de un rostro hermoso y ojos verdes brillantes y curiosos.

Si, jamás fue invisible, pero tampoco destacaba mucho del resto, en ese entonces las chicas sólo eran un entrenamiento vacío para mi, no destacó hasta que me mandó al carajo esa vez que me vio en la sala de música.

La ira con la que me miró, la pasión con la que me besó y luego el fuego con el que me desprecio fueron el comienzo de mis tormentos, por que en ese momento algo en mi cambio..

—oh Dios mío!

Me aferro a su espalda y me hundo en ella esta que mi conciencia desaparece en medio del deseo, siempre es igual con ella, solo ella puede hacerme delirar en la cama y fuera de ella, por que es como una chispa de electricidad, tan vibrante y llamativa, tan caliente y hermosa que si no estuviera cerca de mi yo simplemente me volvería loco.

Caigo sobre su cuerpo y me giro para que quede sobre mi pecho, ella se ríe y muerde uno de mis pezones.

—si sigues así, no llegaremos al maldito baile Saku.

—mm, estoy considerando tener mi propia fiesta con este cuerpo tan sexy que tienes.

Siempre sabe que decir y como decirlo, por que su voz en ese tono me pone duro otra vez.

—oh pequeña pelirosa, ahora estás condenada por que no te dejare salir de la cama.

Ella se levanta y se ríe, yo la persigo y entramos en la ducha mientras me besa como si nunca lo hubiese hecho antes.

El fuego que nos posee a nosotros dos, es algo diferente a cualquier otra cosa que he experimentado en la vida, por que la deseo más que nada, pero también me preocupo de ella, quiero verla reír, luego quiero follarla y hacerla reír de nuevo.

Se que nunca habrá otra chica para mi, por que ya he probado un montón de mujeres y con ninguna de ella sentí ni la cuarta parte de lo que siento por esta chica agresiva.

Me jala del cabello mientras el agua se calienta, su boca tan malditamente perfecta se cierra en la mía y su lengua juega con la mía haciendo que mi corazón trone en mis oídos, me gusta, me encanta.. es toda mía..

La tomo en mis brazos la pegó contra la pared, ella se ríe por que es malvada y adoro eso de ella.

Mi cuerpo ha sufrido los colapsos de estar con ella días enteros, por que a penas me mira ya quiero estar en sus piernas y ella parece pensar lo mismo, me duelen los músculos pero no loco dejo de tocarla, eso nunca.

—Dios Itachi!

Le doy una sonrisa ladina y la golpeo entre sus piernas sin control, rápido y duro, tal y como le gusta a esa belleza.

Mis gemidos se hacen presentes y veo que abre sus ojos para mirarme con lujuria, la quiero tanto que no puedo dejar de pensar en ella y en su aroma cautivante, Saku me trastorna en las noches, me descoloca en las mañanas, por que mi mañana no es perfecta si no la beso, si no la toco, y ahora que iremos a estudiar a la universidad me las arreglaré para que solo piense en mi.