5. Es un maldito dios!

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Pase toda la mañana dandole vuelta al maldito Uchiha con su sexy cuerpo en esa sala.

Estoy perdiendo la cabeza, si no fuera tan hijo de puta ya me habría lanzado como ninfomana en rehabilitación sobre él.

No tengo ganas de ir a comer, me siento realmente estresada.

Escucho los gemidos y alborotos a mi alrededor, siento un cuerpo caliente en mi espalda y su aliento en mi oído.

—hola pequeño cachorrito.

Cierro los ojos, debo concentrarme.

—apartarte Uchiha!

Me giró y todas jadean con horror, Itachi tiene el rostro del chico que me enamoro, esta actuando realmente bien.

—¿quieres ir a comer conmigo? -me dice con ojos de cachorro abandonado-

—¿me estás jodiendo? Contigo ni a la puerta Uchiha, ahora apártate de mi camino.

Lo empujó sin delicadeza alguna y salgo furiosa mientras todas me fulminan con la mirada.

—lo siento Sakura! No quise ofenderte -me dice desde el salón-

Él muy bastardo a logrado que todas me odien y griten cosas.

—bésame el culo Uchiha!

Escucho las risas de sus amigos y los jadeos de las chicas. Kisame me corta el camino.

—eso fue increíble mocosa, ahora sí que lo cabreaste.

—es un idiota .

Kisame se ríe y alborota mi cabello.

—¿irás a mi cumpleaños?

—si, iré con mi novia lesbiana, después de todo Sasori adorara eso.

Kisame vuelve a reír y yo me uno a él.

—eres increíble enana!

—eres un molesto cara de tiburón!

Me voy riendo y cuando me encuentro en el patio del colegio veo una turba furiosa de fans del Uchiha.

—como te atreves a ignorar así al príncipe!

—eres una zorra!

—deberías estar agradecida que un hombre como él ose hablarle a una mujer como tú!

Ellas me acorralan, puedo ver el odio en sus miradas, que Itachi me metiera en este problema solo me cabrea mas!

Una de ellas me empuja y caigo de rodillas al suelo, mi rodilla derecha está llena de sangre.

—maldita zorra! -gritó yo-

Me levanto furiosa, hoy he tenido suficiente, pero antes de que me pelee con esas zorras Kiba me protege con su cuerpo.

—¿algún problema señoritas?

Ellas le muestran su mejor cara y se van haciéndose las inocentes.

—¿estas bien?

—si, gracias. No quiero que le suspendan otra vez por golpear a esas zorras.

Él se ríe y me ayuda a caminar hacia la enfermería. Los ojos de Itachi se clavan en mi, está molesto y no puede evitarlo.

Kiba limpia y cura mi herida, no es algo grave pero me gusta la atención de ese chico.

InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora