Deje de valorarme, de cuidar mi salud, dejé de comer, dejé de pensar en mi misma, mi forma de vestir, mi cabello, dejé de escuchar al resto del mundo, de sentir nada, dejé de llorar, de verme a mi como una persona, deje de vivir el día en comenzar a desdear morir.
Simplementes.
ESTÁS LEYENDO
Cartas al silencio
Teen Fictiony nadie supo jamás, que mientras ellos aplaudían, mi único deseo era que mañana yo ya no existiera.