•Capítulo 5•

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CONFESIONES

...Sentía como unas manos se deslizaban por su cuerpo y desabrochaba su camisa. Sentía como su pollera era levantada con la yema de los dedos de un desconocido. Sentía una respiración en su cuello, como le dejaban besos...

Abrió los ojos de golpe y con su respiración agitada. Fue tanta la fuerza con la que se levantó, que sintió como se mareaba y se volvió a acostar.

-Tranquila...-

Su mirada vagó por la habitación, se dio cuenta de que estaba en la enfermería, hasta que sus mirada se toparon con unos hermosos ojos celestes.

-Tranquila Eli... solo fue un mal sueño.-

-Ginny...- Sintió como se le formaba un nudo en la garganta.- fue demasiado real...- susurró

El corazón de la pelirroja se contrajo y tomó con delicadeza la mano izquierda de la joven Odair. Con su pulgar empezó a trazar círculos en el dorso de su mano. La Ravenclaw se tensó ante aquel gesto.

Las caricias eran tan suaves para Audelia, el tacto de la pelirroja lograba tranquilizar cualquier tormenta que se genere en su interior. Era esa sensación que jamás había experimentado, era totalmente ajena a ese tipo de afectos.

Su mente y corazón estaban en una disputa cada vez que estaba con Ginny. Su mente le decía que eso no estaba bien, que se sentía cómoda y tranquila, que estaba muy mal. Pero su corazón...él le decía que ese sentimiento era hermoso, era acogedor, era lo que ella necesitaba en su vida.

Así que por primera vez, decidió hacerle caso a su corazón y dejarse llevar por las caricias de aquella pelirroja que había llegado en su vida de la forma más inesperada, para brindarle una luz hermosa, algo que ella por dieciséis años nunca tuvo. Aquella chica de ojos celeste que tanto le brindaba paz y confort.

Aurelia era consciente de que los sentimientos que se estaban generando en su interior, eran muchos y demasiado pronto. Pero, no pueden culparla, vivió por mucho tiempo en lugares en donde era hostigada físicamente y psicológicamente, y que de repente aparece alguien que le brinde algo que jamás tuvo. Ella no sabía cómo manejar esas emociones.

Ginny la contemplaba con cierto deje de cariño. Tan tranquila por el tacto que ella le brindaba y Aurelia que de apoco se iba relajando, hizo que a ella le ingresaran preguntas del; ¿Por qué jamás la había visto?, ¿Por qué era tan retraída al hablar y expresarse? Y así miles y miles de preguntas. Tomó coraje y decidió hacerle la primera pregunta, quería conocerla.

Sin dejar de acariciar su mano.- Eli, ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro que puedes, Ginny.

-Son seis años en los que compartimos clase, ¿por qué nunca te vi?.

Aurelia abrió los ojos y la analizó. Ginny temió haberla incomodada por esa pregunta, y empezó a ponerse nerviosa

-Es porque no soy de destacar. Soy ese cliché de la chica callada del salón que se sienta en el rincón oscuro y que todo el mundo ignora y en ocasiones, hostigan

-¿Por qué lo dices con tanta naturalidad? Eso está mal.

-Cuando creces en un ambiente en donde tu "madre", te recuerdan día y noche con demostraciones físicamente y verbalmente que sos un error, que soy una mutante por no tener unos gustos "normales", te acostumbras.- tomó un respiración larga para seguir hablando.- Y cuando tienes 11 años, sos una pequeña niña esperanza de poder conocer lo que es una amistad y compañerismo, pero cuando te das cuenta de qué pasó un año y nada de eso ocurrió, te desanimas, pero sigues con esa esperanza de que el año siguiente todo cambiará, pero la historia se repite, pierdes toda luz que te mantenía y cuando ya llegaste a tu tercer año, aceptas que siempre serás ese típico cliché de las novelas juveniles.

𝐎𝐮𝐫 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭 [𝐆𝐢𝐧𝐧𝐲 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora