Always you

Cap I: La vida después de la fama

7 años después.

Un asco. Así se podía definir la vida de Courtney.

Un gran trabajo, una casa, un auto, mucho dinero y siendo reconocida por algo más que su estúpida participación en Drama total. Todo lo que una joven a sus 26 anhelaría, pero ¿es suficiente para vivir feliz? Definitivamente no.

Por mucho que Courtney dijera que estaba bien, era mentira. Muy pocas personas como Bridgette y Heather (por más extraño que se creyera, eran amigas) podrían saber la verdad de ella (a parte de su psicólogo). Su trabajo exigía mucho, eso le acusaba estrés, ansiedad y agotamiento. La soledad también era otro plus para su vida, pero aún así ella afirmaría lo feliz que se encontraba de tener todo lo que alguna vez soñó.

Se levantó de su cama y fué a su baño, a comenzar su rutina diaria. Se miró al espejo y noto unas bolsas en cada uno de sus ojos. Había trabajado hasta tarde en un nuevo proyecto que, por suerte, no tendría que entregar hoy. Después de terminar su aseo personal se preparó para un día nuevo. Tuffy, la hija de su antigua y difunta mascota Britney estaba dando saltos por toda la habitación esperando que ella le abriera la puerta.

—Está bien, vamos a la cocina. —Murmuró mientras abría la puerta y hacía el trayecto desde su habitación hasta el piso de abajo.

Rápidamente fué a la cocina para hacer su desayuno rutinario, no sin antes darle su comida a Tuffy. Hoy era día libre, por lo que Courtney podía disfrutar tranquila, pero no era así. Planeaba terminar unos proyectos que tenía en su oficina y luego hacer una limpieza profunda en su casa, pero sus planes fueron interrumpidos con una llamada de Bridgette.

—Hola Bridg.— Murmuró la Morena mientras calentaba su café.

—Hey Court ¿cómo has estado?

—Un poco cansada, ya sabes, gajes de ser abogada ¿Y tú?

—Atareada con lo de el nacimiento de Kenny. —Courtney pudo sentir la sonrisa de la rubia.

Bridgette estaba embarazada de Geoff. Al fin habían cumplido su sueño de ser padres después de 5 años de casados.

—Cada vez falta menos. —Courtney comenzó a echar el cereal y la avena en el bowl.

—Sí.. — La oyó suspirar.— Pero te llamaba para saber si vendrías a almorzar con Heather y conmigo.

Dudó por unos segundos.

—No lo sé Bridg, planeaba terminar unos...

—¡Nada! Quiero verte en el almuerzo en el restaurante de siempre. Adiós.

Y con eso colgó. Courtney sabía que era una estrategia para hacerla salir un poco. Normalmente se la pasaba en casa o en el trabajo, no tenía tiempo para salir a fiestas o con sus amigos. A veces se sentía mal por no pasar más tiempo con ellos, pero ellos le asegurarían que estaba bien centrarse en el trabajo, pero que no exagerara.

Después de desayunar se encerró en su oficina a terminar sus trabajos antes de salir con las chicas. Estaba centrada en un caso en particular que le llamaba mucho la atención. Su familiaridad con el caso la hizo detenerse. Recordaba haber visto ese caso antes, así que salió de su oficina y fué a su habitación a buscar su vieja caja de cosas invaluables. Mientras buscaba exactamente el trozo de papel de aquel caso notó algo en el fondo. Sintió su estómago devolverse cuando lo tomó. Era la calavera que le había hecho Duncan.

Comenzó a divagar entre sus recuerdos. Recordaba cuando se besaron por primera vez, recordaba cuando robó comida junto a él o hasta cuando pelearon en la piscina de pelotas. Era feliz, ese momento era feliz, pero todo se arruinó en Gira Mundial, y se evaporó en Todos estrellas. Sabía que ya todo había muerto, todo había acabado.