Capítulo XIV: Si, existes ¿Y qué?

1.3K 91 87
                                    

—No, no puedes ir a cazar una ardilla.

—¡Pero..!

—No Molly, dije que no. —zanjó Duncan. La pequeña ojiazul se cruzó de brazos molesta.

Se encontraban en su primer día del desafío. ¿Que si iba bien? No exactamente.

Desde que Courtney y Trent volvieron de haber admitido sus sentimientos todo se volvió tenso. Quizás fueron muy transparentes o muy notables que entre ambos había sucedido algo.

Duncan estaba sentado en el suelo con los brazos cruzados mientras que Molly lo peinaba. Era un momento tierno entre ellos, pero no era tanto para Duncan, que estaba de mal humor. Había pasado la peor noche porque Trent rondaba y no paraba de decir “Court... Gwen” a cada rato.

—¿Crees que a Kurtney le guste ir a visitarnos? —preguntó tímida la pequeña.

Duncan gruñó.

Odiaba que mencionaran a Courteney. Odiaba que aún le afectara.

—No lo creo, cielo. Courtney y yo no somos amigos.

—Pero ella dijo que lo eran.

Duncan frunció su ceño. En algún momento ellos fueron buenos amigos..Pero sólo fué cuando salían como pareja, nunca establecieron lazos más allá de eso.

Si las cosas hubieran sido diferentes, quizás seguirían juntos. Pero los errores de ambos eran más fuertes que sus sentimientos. Él era un idiota, lo sabía desde hace mucho, desde que terminó con ella era obvio. Sus acciones fueron lo que lo condenaron.

Le gustaba pensar que se redimia con Molly, que al menos hacía que ella estuviera sana y feliz.

Era un lío volver a vivir esos momentos con su ex, porque en el fondo no había manera en que ella volviera a estar con él. Trent de alguna manera se había posicionado en el lugar donde él alguna vez había estado y no había forma de sacarlo; a menos que Courtney lo hicieron lo cual era muy poco probable. Su destino era el fracaso, eso estaba visto.

—Ugh, odio a los mosquitos. —habló Gwen por primera vez, se encontraba adentro de la tienda donde Trent y él dormían.

—Pensé que amabas la naturaleza. —contestó.

—No de esta manera. Molly, cielo ¿dónde dejaste tu protector solar?

La pequeña se quedó estática en su lugar. Duncan resopló divertido y negó con la cabeza sabiendo perfectamente lo que significaba eso. Se giró para verlo mejor y se encontró con sus párpados cerrados y su labio inferior en un puchero.

Uno... Dos... .

—¡Perdón! ¡Perdón tía Gwen! ¡No lo coloqué en la mochila porque no le daba espacio a Ms. Puffy! —exclamó la niña.

Ms. Puffy era su dragón de peluche.

Gwen salió de la tienda con una sonrisa dulce en sus labios. Dirigió una mirada a Duncan y luego a su hermana/hija.

—Tranquila mimi—le dijo en un tono maternal, lo que sólo le salía con Molly y Duncan—. Sólo procura decirme qué dejas, así no estaríamos en estas condiciones.

—Está bien, podemos pedirle a  Kurtney.

No... No es buena idea, mejor sigue peinando a tu padre.

La chiquilla iba a volver a hablar cuando pasos acercándose la detuvieron. Todos giraron para ver a Courtney y Trent que salían desde unos árboles enfrascados en una conversación. Se supone que habían ido a buscar comida, pero sólo traían bayas. Ninguno notó la presencia de los tres.

Always youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora