Capitulo 5.

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Cuando cumplí 10 años Cloe no estuvo. Se había ido de campamento hace un mes y no llegaba hasta dentro de dos semanas, dijo que lo lamentaba mucho, me trajo una camisa del campamento y algo que ella hizo. Esa tarde yo estaba llorando en mi habitación, había tenido pesadillas todos los días desde que Cloe se fue, pero nadie excepto la abuela lo sabía. No se lo dijimos a Cloe porque se iba a sentir culpable, y quisimos que disfrutara sus vacaciones. Y entró la abuela con un collar en sus manos, era un topacio azul y lanzaba pequeños brillos cuando le daba la luz. La abuela se sentó junto a mí y me extendió el collar.

-Este collar me regalo mi padre cuando yo cumplí 10 años. –Habló la abuela- Y te lo quiero dar a ti. –Me lo puso en las manos.

-Pero abuela, ¿por qué no se lo regalaste a Cloe? –La abuela me dio una sonrisa triste.

-Cloe tiene muchos collares, y pulseras y anillos, lo habría apreciado, pero no lo habría usado. Además le regalé unos libros que ella quería en ese entonces, le encantaron. –Sonrió orgullosa.

-Es… Es hermoso, ¿no te da miedo que yo lo pueda perder? –Pregunté mientras me lo colocaba en el cuello.

-No en realidad, porque mientras tú no te lo quites, él estará contigo, además cuento con que te proteja cuando yo no esté a tu lado. –Posó su mano en mi hombro.

-¿¡Abuela vas a morir!? –Dije entre asustada y casi al borde de las lágrimas.

-¡Oh, no cariño! ¡No! –La abuela soltó una risa nerviosa- Lo decía era cuando vayas a algún lugar y yo no esté, o cuando seas grande y te alejes de mí, no porque me vaya a morir mañana. –Se paró y sacudió sus pantalones- ¿Qué tal si vas al parque mientras yo termino de acomodar esto para tu fiesta.

-Okey abuela, nos vemos. –Y salí corriendo al parqué.

El recuerdo se desvaneció, tan rápido como vino, moví un poco la cabeza. Diablos duele como los mil demonios. Traté de abrir  un poco los ojos y solo vi oscuridad.

Esto es malo, estoy: 1. Muerta. 2. En el limbo. 3. En el espacio y tiempo atrapada en el espejo o 4. Me quedé ciega.

De todas elijo la 4, quedarse ciega no puede ser tan malo ¿no?

Una luz se encendió y me quedé casi ciega (Digo realmente ciega). La luz era muy brillante y pude ver en donde estaba, era como mi habitación, o una versión masculina de mi habitación, pude apreciar todo lo que había. Una cama, armario, estanterías de libros, escritorio, mi espejo, un televisor… ¿Mi espejo? Estaba del otro lado de donde yo lo coloqué, también noté que había un chico en la puerta mirándome fijamente.

-¿¡Qué haces aquí!? –Preguntamos a la vez.

-Está es mi habitación –Dijo el chico.

Yo empezaba a asustarme, como acto reflejo toqué mi collar. Era algo que solía hacer cuando estaba muy nerviosa o asustada. Sus ojos no se desviaron de los míos en ningún momento.

-Vuelvo a preguntar ¿Qué haces aquí? –Repitió esta vez más lento.

-Yo no, no lo sé. –Se acercó a dónde yo estaba y reaccioné, salté de donde estaba y salí corriendo hacia la cocina esperando encontrar a mi abuela y que me dijera que todo esto era una broma.

Pero en la cocina no estaba mi abuela, estaba otro chico. Estaba de espaldas, por lo que no me vio cuando tomé un cuchillo y apunté al otro chico que bajaba las escaleras.

-No te acerques. –Lo apunté.

Me acerqué hasta la esquina y mantuve el cuchillo hacia él, mientras el oro chico se volteaba y nos miraba con cara divertida.

El espejo.(Subiendo y editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora