Capitulo 1.

21 3 1
                                    

-¿Dónde estuviste anoche? –La voz de mi abuela venía de la cocina alta y clara, debía estar discutiendo con mi hermana.

-Eso no te incumbe abuela. Soy mayor de edad, puedo hacer lo que quiera. –La voz de mi hermana era seca y enfadada.

Odiaba que le hablara a mi abuela de esa manera. Nunca le hablaría así. Mi abuela nos había criado, nos dio su casa y nos cuidó cuando nuestra madre murió, mi hermana tampoco le respondería así. Bueno, no lo hubiera hecho en el pasado, últimamente mi hermana había cambiado mucho y muy rápido.

-Sabes que no te lo digo por molestarte o inmiscuirme en tu vida, solo estaba preocupada. Sabes que me preocupo, al menos pudiste avisar que no vendrías a cenar.

-¡Lo olvidé! Por Dios abuela, ya estoy aquí, nada me pasó. Todo está bien. –Oí los pasos de mi hermana dirigirse a su cuarto, y luego el portazo que esta dio.

Esto era algo tanto bueno como malo de esta casa. Las paredes eran como papel. Y todo se escuchaba fuerte y claro, podrías oír un alfiler en la sala mientras todos hablan en la cocina y mi hermana se ducha en el baño del segundo piso. No había mucha privacidad en cuanto al sonido se refiere.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño de pasillo arrastrando los pies. Cuando entré me miré en el espejo, una chica pálida me respondió la mirada desde el otro lado. Mi cabello castaño claro se ondulaba desde cierta distancia de la raíz. Y mis ojos color miel tenían unas grandes y no tan oscuras ojeras. Miré mi cuello y mis hombros, Se notaba la marca del traje de baño de la última vez que fui a la piscina. Lavé mi rostro, cepillé mis dientes y use el inodoro, tomé una ducha y me fui al cuarto a colocarme el uniforme para ir al colegio. Bañada, vestida, perfumada, alimentada con las tostadas que preparé en la cocina, y lista para ir a estudiar. No me coloqué maquillaje, lo pensaba innecesario, además con lo mucho que sudaba en este uniforme se me habría caído antes de llegar al colegio. Una vez que llegué saludé a un par de chicas que estudiaban conmigo, pero a las cuales no les hablaba mucho y solo por cortesía.

-¡Danielle! ¡Danielle espera! –Oí a Emma llamándome y me voltee lo suficientemente rápido como para que me abrazara, tomara mi brazo y nos dirigiera al baño de chicas.

-Hola Em, ¿cómo estuvo la fiesta del sábado? –Pregunté, mientras ella se colocaba brillo de labios al frente de espejo del baño.

-¡Genial! ¡Deberías haber ido! ¡Te habías divertido tanto! –Estaba muy emocionada, siempre decía lo mismo, a mí no me gustaban esas cosas, pero a Emma sí. Ella tenía toda esa imagen de chica que salía a divertirse en clubes y cosas por el estilo, con su cabello rojizo brillante y sus rulos hermosos que llegaban a su cintura, además de esos ojos verdes que tenía le daban esa imagen de chica divertida y sociable. Aunque solo fuera cuando las luces estaban muy bajas y la música muy fuerte. Además su figura era envidiable, era delgada pero con curvas y media 1,60 m. Lo cual la hacía ver aún más hermosa. Éramos muy diferentes. Yo media menos de 1,60 m. y era rellenita, pesaba 70 kilos, ella 54 kilos, la diferencia era muy obvia. Pero aun así mis ojos llamaban tanto la atención como los de ella.- ¡Oh, Dios! ¡Adivina quién me preguntó por ti en la fiesta! –Tomó mis manos fuertes con las de ella.

-¿Quién? –Dije interesada.

-¡James Fits! –Dijo en un susurro-grito emocionado y apretó mis manos.

-Em ¿Por qué preguntaría James Fits por mí? –Dije escéptica.

-Porque Dan, ¡Le gustas! El chico está colado por ti. Me estuvo preguntado por ti y cosas sobre ti toda la noche.

-No le revelaste nada ¿cierto? –Dije preocupada.

-Claro que no, nena. –Sonó el timbre- Justo a tiempo, ven, vayamos a clases antes de que la Srta. Palo en el trasero nos ponga castigo.

El espejo.(Subiendo y editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora