los ojos de jungkook se abrieron en demasía, tragó saliva sonoramente y habló: ── son mis piernas, sungie.
── lo sé, ¿puede sentarme? ──repitió evitando reír. ellos dos tenían mucha confianza y las bromas no podían evitarse de vez en cuando, y ésta era una de esas veces.
── p-puedes... puedes sentarte en o-otro lado. ──murmuró apenas, la vergüenza se apoderó de él y sus mejillas rojas fueron la obvia muestra de aquello. jungkook rascó su nuca.── ¿quieres que te tr-traiga una silla?
hye negó con fingido enojo y apuntó nuevamente el regazo del castaño haciéndole saber -otra vez- que sólo quería sentarse en sus piernas.
── está b-bien. puedes. ──dijo sentándose mejor. sus piernas quedando un poco más juntas, dándole espacio a hyesung para que se acomodara sobre él.
la chica sonrió en grande y sin pensarlo mucho se sentó sobre jung, sus grusas piernas aprisionaron las del otro. jungkook susurró una grosería.
── eres muy amable, jungkookie. deberías serlo más seguido, ¿sabes? ──aconsejó moviéndose ligeramente sobre las piernas del hombre, intentado acomodarse mejor. poco después un suave gemido abandonó la boca de jungkook, avergonzándolo.── oh...
sin poder pronunciar una palabra más se levantó de él y éste último corrió a su habitación para encerrarse -y aparentemente- no salir nunca más.
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