CAPÍTULO III

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Los comandantes entraron al castillo junto con Missa pero la sirvienta la llevo en otra dirección, llegaron a los baños del castillo, era enorme y lujoso tenia muchos jacuzzis, saunas individuales y en el centro una hermosa fuente, ahí estaba otra sirvienta como de unos 25 años al parecer se encargaba de la limpieza. -Buenos días el amo Cracker pidió que la señorita tome un baño y le den nuevas vestimentas, se presentará ante mamá- la dejo con la encargada y se fue. -Buenos días mi nombre es Mai y te ayudaré en lo que desees.

-Buenos días...mi mi nombre es Missa- dijo mareada y empezó a tambalear apoyando su mano en la pared para no caer. -¿Señorita se encuentra bien?- preguntó la sirvienta.

-Lo siento, estuve encerrada en un calabozo oscuro siendo alimentada solo con pan y agua.

-Eso no está bien, traeré algo para que comas. -la chica quiso detenerla no quería causarle molestias pero Mai fue más rápida, volvió con un plato lleno de postres e hizo que la chica tomara asiento.

-Come lo necesitas.

-Gracias- ella tomo uno de los dulces, cuando estaba por comerlo vio unos pequeños ojos viéndola atentamente, se asustó y dejó caer el dulce, dirigió su mirada al plato, todos los postres tenían ojos y bocas y le decían:

-Cómeme.

-No cómeme a mi.

-Yo soy más delicioso. La pelirosa no entendía que estaba pasando. -Creo que estoy alucinando.

-Claro que no, ahora que serviras en el castillo veras muchas cosas así, te presento a los hommies.

-¿Hommies?- preguntó extrañada, nunca había oído esa palabra.

-Sí hommies, son creaciones de mamá, con su akuma no mí tiene la habilidad de darle vida a cosas inanimadas- Missa no sabía que decir jamás había visto algo así. -Adelante come- le insistió.

-Y ¿no sienten dolor?.

- Claro que no, solo quieren cumplir su deber. -entonces Missa tomó un postre y le dio un pequeño mordisco y este le pregunto. -¿Estoy delicioso?.

-Sí muy delicioso- y todos los hommies se pusieron felices. Una vez que la chica terminó, empezó a quitarse la ropa y entró a la bañera, Mai lavaba su cabello mientras Missa tenía la mirada en la espumosa agua. -Tienes un cabello muy hermoso es largo y sedoso.

La joven no contestó a su cumplido, solo deseaba saber algo. -Mai ¿sabes que harán conmigo?- al escuchar esa pregunta se detuvo un momento pero luego siguió con lo que estaba haciendo.

-Es probable que seas una sirvienta, tal vez te ponga a limpiar, ordenar o podrías ser ayudante en la cocina.
-¿Es todo?- le pregunto, como si supiera que hay algo más oscuro en esto. Mai se puso a pensar, sabía que la chica quería saber todo. -Pues si te trajeron es porque vieron algo en ti qué los atrajo, es probable que los hijos mayores te llamen a sus aposentos para tener relaciones sexuales contigo.
-¿Qué?- pregunto exaltada volteando su rostro hacia Mai.

-Muchas sirvientas han pasado por lo mismo, no creo que tú seas la excepción. Además si encuentran a una chica vigen ellos apuestan y el ganador será el primero en acostarse con ella.

-Entonces... -Missa recordó como discutían acerca de un juego de apuestas y resultó que ella era el premio.

-Te daré un consejo, no luches solo haz lo que te dicen, son muy fuertes y tienen muy poca paciencia.

Missa puso sus manos en su cabeza, no quería ni imaginarse en esa situación. -Qué horror esos hombres tan grandes las obligan acostarse con ellos.
-Pues si, pero no tienen opción, al final solo queda acostumbrarse- añade Mai -además a algunas sirvientas les gusta, son hombres atractivos en especial Katakuri-sama que se le considera como él hombre perfecto en todo el reino, pero tiene gustos muy especiales no todas son de su tipo y según se sabe solo se acuesta con mujeres piernas largas.

Charlotte Katakuri x OC  Nuestro Amor prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora