La primavera a penas está iniciando, así que el frío aún se puede sentir, aunque la nieve ya se ha dispersado en su gran mayoría, esa misma tarde el frescor del atardecer aumenta a medida que se acerca la noche, llevaba dos días caminando pero no le molesta, pues ha durado aún más tiempo a la intemperie y a pesar de que tiene un límite de dos semanas para llegar a su destino no le preocupa, ya que para él es como un retiro espiritual, es algo así como un tiempo para crear un vínculo más fuerte con su lobo interno quien, hasta ahora lleva el control siempre manteniendo un límite.
Desde muy niño ha tenido una buena relación con su animal interior y en estos días solo se ha fortalecido, decidió tomar un pequeño descanso, mira a su alrededor buscando algo que pueda utilizar como un refugio, pues aunque esté en su forma lobuna no dejará nada a la suerte, sabe que en un descuido pueden pasar cosas muy malas.
Camina a pasos tranquilos con sus gigantescas patas, si su orientación es correcta debe estar cerca de la ciudad de Daejeon, así que no le vendría mal una siesta.
Mientras camina escucha un doloroso jadeo, con curiosidad sus orejas se irguen demostrando que esta alerta, rápidamente se agacha en sus patas delanteras, con sigilo y lentitud se mueve aún agachado dirigiéndose al lugar de donde vino el sonido, escucha un nuevo jadeo esta vez más triste, se asoma entre unos arbustos pero no ve nada que pueda llegar a ser peligroso; lo único que sus ojos captan es una pila blanca de la poca nieve que queda de la temporada que ha llegado a su fin.
Mira unos segundos más y al no ver nada extraño se relaja, cuando decide continuar con su misión de buscar un pequeño refugio para tomar su siesta, vuelve a escuchar el sonido anterior, vuelve su mirada a donde unos segundos antes sus ojos estaban posados y sus orejas se vuelven a erguir repentinamente al ver cómo la pequeña pila blanca se mueve, se agacha acechando a su presa pensando que se trata de un conejo blanco, pero se sorprende al ver como un par de orejitas puntiagudas se alzan, su respiración se detienen tratando de no hacerse notar ante la curiosa y diminuta criatura.
Vio cómo con una delicadeza inigualable la diminuta criatura levantó su pequeña cabecita, el lobo quedó asombrado, era un zorro, olfateo un poco a aire y pudo sentir un suave aroma a caramelo, era un lindo y diminuto zorro Omega Blanco ¿Qué hacía un pequeño espécimen como tal por un lugar como ese?.
No se dejó llevar de la emoción que sintió su lobo al ver una cosita tan tierna como esa, pensó en que debía irse, después de todo el pequeñito no era de su incumbencia, cuando estuvo dispuesto a darse la vuelta para irse de manera sigilosa, escuchó un nuevo jadeo, uno más lastimero que el anterior, esto le extraño así que sin salir de su escondite observó, sin embargo no notó nada inusual, así que se acercó con pasos suaves, pero pesados.
El sonido de la gigantescas patas negras al chocar contra el suelo alertó al pequeño animal, pero no podía correr así que optó, por hacer lo que el lobo pensó haría cualquier cachorro asustado, escondió su cabeza entre sus diminutas patitas, bajando sus orejitas en sinónimo de miedo.
Aunque el contrario no lo dijera debe admitir que le causó mucha ternura, así que solo se acercó un poco más al animalito mirando como temblaba del miedo, dio dos pasos más y se sentó sobre sus patas traseras aún mirando al pequeño mientras dejaba ver su imponente estatus, no es a propósito es solo que suele tener un aura muy intimidante.
La pequeña pelusa blanca movió sus patitas lo suficiente, como para mirar entre ellas viendo al gigantesco lobo negro observarle con esa fría mirada en aquellos ojos rojos.
Al ver que no le haría nada se sentó también en sus patitas traseras, giró su cabeza al extremo izquierdo demostrando confusión mientras le miraba con curiosidad, más no dijo nada.
El lobo observó cada centímetro buscando el fallo, hasta que lo vió, en la pata derecha del animalito había una mancha roja, se aproximó unos pasos más viendo cómo el pequeño volvía a la posición inicial con su cabeza entra las patas, pero no le tomó importancia y continúa con su plan.
Se acercó lo más que pudo y con su gigante y rasposa lengua lamió la herida en la patita del zorro, cuando vio cómo está se curó entonces, dio la vuelta con el propósito de continuar su camino al lograr el cometido de ayudar al pequeño, con un sentimiento de satisfacción se alejó del lugar a pasos relajados.
En cambio el pequeño zorro al sentir cómo el gigantesco lobo negro con olor a café se alejaba enderezó su cabecita, ladeandola una vez más con el sentimiento de confusión aún más grande que antes, pudo sentir como el desconocido cambia formas lamió antes de desaparecer dejando en si el aroma a café, pero lo que más le sorprendió fue ver su patita sana, no todos los días algún cambia forma de otra especie más grande que la tuya, usa sus dotes curativos en ti o te impregna en su olor para que otros no te molesten, eso es nuevo.
Esto le causa curiosidad pero no solo eso, en su interior puede sentir como el sentimiento de calidez desaparece a medida que el azabache se aleja, así que aprovechando que sus patitas están sanas le sigue de lejitos, quiere saber que tiene aquel terrorífico lobo de ojos rojos que le causa ese sentimiento tan extraño.
Luego de eso camina por unas dos horas más hasta ver cómo obscurece, pero eso no le impide continuar en su misión de seguir disimuladamente al lobo, creyendo fervientemente que el contrario no nota su presencia, así camina y camina hasta el atardecer del próximo día, donde al ver cómo el lobo se detiene con motivos de tomar una siesta este se acurruca bajo un árbol a una distancia "prudente" dispuesto a tomar un descanso, mentalizándose que no se puede dormir para no perder de vista a su salvador, con ese pensamiento cierra los ojos un ratito.
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Unión Suprema •KookV•
FanfictionDebía cumplir con su viaje; era una tradición que antes de heredar el legado, Jeon debía hacer un recorrido desde sus tierras hasta pasar por las tierras de sus aliados, lo que no creyó fue encontrarse a su mate en el camino, en medio de un bosque...