Debía cumplir con su viaje; era una tradición que antes de heredar el legado, Jeon debía hacer un recorrido desde sus tierras hasta pasar por las tierras de sus aliados, lo que no creyó fue encontrarse a su mate en el camino, en medio de un bosque...
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Se le hizo algo difícil conseguir algún aperitivo vivo ya que las ruidosas y descuidadas pisadas del cachorro ahuyentan los animales de alrededor, por suerte encontraron un gran arbusto de frutos Rojos y aunque el azabache prefiere la carne es la mejor opción ya que se niega a dejar al chiquillo solo después de tener a cazadores tan cerca.
También encontraron un lago limpio, abastecieron sus estómagos de todo lo que pudieron, a la hora de volver a la caminata, el pequeño can se estaba quedando dormido así que el mayor le empujaba de vez en cuando para mantenerle despierto, al ver que sería imposible que continuara despierto debido a su anterior comida decidió cargarlo, se acosto sobre su estómago y sobre sus patas a una altura en la que el pequeño alcanzara su lomo.
-Vamos, sube -le indicó.
-Yo puedo, Señor Lobo -dijo a pesar de que sus acaramelados ojitos se cierran solos y le cuesta mantenerse en pies.
-Vamos, sube; necesitamos llegar antes del anochecer a Daegu, te despierto cuando lleguemos, si? -le explica aún en la misma posición, siente cómo el diminuto cuerpo se posa sobre su espalda así que se para sobre sus cuatro patas para continuar con el sendero.
-Solo porque tengo un poquito de sueño y Señor Lobo me cuida... -susurra medio dormido, y no sabe porque pero el mayor siente su corazón latir con rapidez y una calidez expandirse por todo su cuerpo.
La pelusa no pesa así que llegan rápidamente a Daegu, les reciben en las puestas de la ciudad ya que ahí vive su amigo Jackson junto a su Omega Mark.
El moreno se alegra al verle llegar, aunque también se extraña al ver ese tumulto blanco sobre el cuerpo de su amigo.
Se agacha sobre sus piernas para mirar de cerca aquella diminuta cosa, que sino fuera por su blanco pelaje pasaría desapercibido entre la mata negra de cabello que cubre el cuerpo de Jeon.
-Pensé que durarías mas para llegar Nochu, después de todo estás son como tus vacaciones ante de asumir el cargo y se lo que te encanta estar al aire libre -comenta Jackson sin apartar los ojos de esa cosita blanca sobre el lomo de su amigo.
Jeon le mira con ojos expresivos indicando que necesita algo, así que Jack con rapidez le guía hasta su cabaña donde su lindo Omega les recibe con mantas, al llegar... este con cuidado deposita al pequeño zorro sobre la suave superficie que ha sido puesta ante sus gigantescas patas, se escucha el jadeo de sorpresa tanto del Jack como de Mark.
-No sabía que harías el viaje en compañía. -comenta el moreno.
-No, no estaba en mis planes en hacer este recorrido con algún compañero. -comenta Jeon luego de haber cambiado a su forma física siendo el lobo sustituido por un fuerte y alto chico de cabellos tan negros como la noche, sus ojos rojos siendo sustituido por unos hermosos ojos del mismo color de su cabello, estando su cuerpo cubierto solamente por otra manta; Jack le entrega algo de ropa para colocarse y al salir ya vestido con unos jeans negros y un suéter negro también, más unas botas militares; se sienta en un sillón individual de la sala -Hola Mark, ¿cómo estás?, este tonto te está tratando bien? Cualquier cosa me avisas, aún le puedo dar una paliza.
El mencionado solo le regala una dulce sonrisa, para luego acercarse con curiosidad al cachorro aún dormido en la suave manta de color marrón haciendo aún más llamativo su blanquecino pelaje.
-Estoy muy bien Kook, gracias por preocuparte, no le tomes mucha importancia, yo mismo puedo ponerlo en su sitio si se pasa de sin vergüenza, ahora me dirás ¿quién es esta cosita tan linda? -pregunta, con cuidado acerca su mano para acariciar el sedoso pelaje del cachorro, este a pesar de tener ya unas horas dormido, se remueve estirando sus patitas, para dejar salir un perezoso y adorable bostezo a los ojos de los presentes.
Parpadea bajo la atenta mirada, cuando su vista es clara mira alrededor algo extrañado, al no ver a su compañero de viaje se asusta, se encoge en su sitio con la cabeza entre las patitas soltando jadeos y sollozos dejando a la vista su miedo, esto hace que rápidamente Mark se aleje para no asustarle más, Jeon sea cerca de manera sigilosa, agachándose se deja caer sobre sus rodillas en el suelo, sin tocar el diminuto cuerpo.
-Pelusita, soy yo, Señor Lobo... -habla expandiendo poco a poco su aroma a café, su voz se escucha más fuerte, ya que suena desde su garganta y no en su cabeza como cuando ambos estaban en su forma animal, el pequeño le mira con extrañeza dejando salir hipidos no muy convencido -Mira cachorro, soy yo, soy Señor Lobo -Reitera dejando salir su lobo a la superficie al cambiar el color de sus ojos de negro a un rojo carmesí , así que rápidamente el cachorro se acerca a él escondiéndose detrás suyo lo más cerca posible.
Jeon intenta atraparle entre sus brazos pero este se escabulle con miedo a los presente en la sala, cuando logra recogerlo este se acurruca en el pecho del alfa con su menudo cuerpecito temblando.
-Tranquilo, nadie te hará daño aquí; mira ellos son Jackson o como yo le digo Jack -señala al moreno quien le sonríe rebozando de curiosidad y ternura por la adorable escena - y Mark la pareja de Jackson -Mark le sonríe con algo de pena al haberle asustado sin intención, el pequeño solo saca un poco la cabecita para mirarles aún con miedo y algo de curiosidad, gira su mirada al pelinegro que le carga, observándole con ojitos temerosos y Jungkook acaricia su cabecita con suaves movimientos, extrañado por el tímido comportamiento del cachorro, este no se porto de esa manera durante el tiempo que estuvieron juntos a la intemperie.
Luego de un ratito de mimos que logran tranquilizar los temblores del pequeño zorro, Mark se acerca sólo un poco y le da una sonrisita al cachorrito en los brazos de su amigo antes de hablar.
-No quieres algo de ropa, pequeño? Y así puedes cambiar un rato. -el chiquillo lo piensa un poco pero niega, esta muy cómodo en los fuertes brazos del azabache, así que no le interesa cambiar a su forma humana, el pelinegro le mira algo curioso por su respuesta negativa y cuando va a decir que está de acuerdo, recuerda que aún hay cosas que debe preguntarle al pequeño, así que decide poner en práctica algo que hasta ahora sabe que le servirá.
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