-Vamos cachorro, cambia un ratito y prometo darte frutas del bosque, como esas moras que tanto te gustan. -el pequeño animalito le miró con ojos brillantes para estirarse sobre el cuerpo del azabache quitando la pereza de su diminuto cuerpo, cuando fue nuevamente depositado en el piso con algo de timidez camino hacia Mark quien le sonrió para conducir al cachorro guiándole hacia una de las habitaciones, cuando ambos desaparecieron Jeon dejó salir un suspiro cansino.
-Veo que es toda una cosita tierna, de donde sacaste un compañero de viaje tan adorable? -pregunta Jackson mirando cómo Jungkook se siente en el mismo sillón individual en donde estaba anteriormente.
-Es un cachorro de Seúl, por lo que me ha dicho es el hermano menor del Omega de tio Chan, al parecer estaba jugando y al distraerse se perdió, camino tratando de volver, pero siguió el lado contrario llegando a la salida de Suwon, acercándose a Daejeon, se lastimó la pata derecha delantera, ahí fue cuando le encontré, no podía devolverme a llevarlo con sus padres pues me retrasaría en el viaje, así que decidí traerlo conmigo y al momento de volver, llevarlo con sus padres. -el moreno suspiró, moviendo la cabeza en un si, dándole la razón.
-No me preocupa porque se que cuidarás bien a esa cosita tan tierna, aunque si quieres puedes dejarlo aquí con nosotros y cuando acabes el recorrido llevarlo con sus padres, después de todo un viaje de esa magnitud no es para nada un traslado seguro, mucho menos cuando no incluye suministros, carpas, comida o ropa, sabes que estará muy bien cuidado con nosotros. -Jeon lo piensa y a pesar de que su lobo se niega rotundamente a dejar al cachorrito, también debe considerar que un viaje tradicional como este es peligroso, no es que no pueda protegerlo sino que le da miedo pensar que salga lastimado por algún imprevisto en el camino.
-Creo que sería lo mejor, si consideramos todo lo que puede pasar en el camino, sería más seguro que esperará aqu... -No terminó de hablar ya que por la puerta donde ambos omegas habían desaparecido volvieron a aparecer, pero esta vez el pequeño zorro fue sustituido por un adorable chico de 1.56, mejillas rosaditas y regordetas, una hermosa piel acaramelada haciendo un perfecto juego a su aroma natural (caramelo), un sedoso y platinado cabello (casi blancos) que contrastan de una manera hermosa con aquellos expresivos ojos color ámbar, recubiertos por frondosas y largas pestañas, para rematar con esa tan inocente mirada que le hace ver cómo un pequeño ángel, Jungkook sintió cómo todo su cuerpo se paralizó al mirar tan hermosa criatura, a pesar de que la ropa le queda algo grande y se ve que está puesta de manera torpe pues esta cae dejando ver uno de sus hombros y tapa sus manitas con las largas mangas, esto le hace ver aún más tierno de lo que ya es.
Con pasitos tímidos se acercó al mayor y sin pensarlo dos veces se sentó en sus piernas, haciendo que la respiración de los tres presentes se atasque de pronto, el azabache abrió sus ojos desmesuradamente por la sorpresa, con algo de temor agarró el extremo del suéter café para cubrir el hombro que estaba a la vista, con delicadeza toma la estrecha cintura del pequeño y le mueve hasta sentarle en el mueble más grande que estaba junto al suyo, pero solo tal acción hizo que el menor sollozara oprimiendo el corazón de los presentes, así que tan rápido como pudo lo volvió a situar en su regazo, sintiendo como el chiquillo se abraza a él de manera desesperada, escondiendo su rostro en el pecho del azabache, este suspiro con pesar por la timidez del pequeño, aún le extraña el ver ese cambio tan radical en el zorro, pasó de hablar hasta debajo del agua a aferrarse a él como un tierno koala por el miedo a los extraños.
El mayor solo posó una mano en su cintura y otro en su cabello donde acarició con parsimonia los sedosos y rubios mechones, dejando salir su aroma a café para darle seguridad al chiquillo posado en su regazo.
-Tienes hambre, pequeño? -Tae le miró desde su escondite, para responder con otra pregunta.
-Usted tiene hambre, Señor Lobo? -cuestionó en un susurro, Jeon negó con una cálida sonrisa que desapareció, convirtiéndose en una mueca al escuchar la respuesta del menor.
-Entonces no...
-No tienes hambre, cachorrito? O es que no quieres ir solo a la cocina? -pregunto el mayor con algo de gracia, más su respuesta llego al ver cómo Taehyung escondía su sonrojado rostro nuevamente en el fornido pecho del azabache, soltó un sonoro suspiro al confirmar sus sospechas.
-Si quieres le puedo de traer algo de comer aquí a la sala, o te puedes mover con él a la cocina, como creas mejor. -Jungkook sintió cómo el estómago del chiquillo sonó en un gruñido hambriento, miró a Mark con una sonrisa de agradecimiento.
-Podrías por favor traerla aquí? Dudo que él quiera moverse. -rascó su nuca con algo de pena por la actitud del menor, más sus amigos le sonrieron con suma alegría al ver la paciencia en el trato del azabache hacia el rubio, para ellos es sumamente extraño el ver a Jeon actuar de esa manera con alguien, pues este mismo es conocido por su mal carácter y paciencia limitada, no es que sea grosero ni nada pero muy pocos conocen ese lado suave y dulce, así que es como un milagro.
-Claro! No quieres unas galletitas de chocolate también, pequeño? -pregunto en dirección a Taehyung, este le miró con una cálida sonrisa cuadrada que dejó bobo al alfa quien solo le miraba asentir en respuesta.
Al volver, con una bandeja que dejó en la mesita de centro, en esta habían diferentes platos, entre estos kimchi y Haemulpajeon, claro sin olvidar el prometido plato de galletitas de chocolate, Teahyung para comer más cómodo se puso en pies, creyendo Jungkook que se sentaría en el mueble a su lado, cuan equivocado estaba, el pequeño simplemente se acomodó mejor quedando su espalda pegada al pecho de Jeon, se removió un poco sin imaginarse lo que causaba eso en el alfa, este formó una mueca en su rostro por la corriente que recorrió su cuerpo debido al movimiento en su regazo no siendo visto por Tae ya que estaba concentrado comiendo.
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Unión Suprema •KookV•
FanficDebía cumplir con su viaje; era una tradición que antes de heredar el legado, Jeon debía hacer un recorrido desde sus tierras hasta pasar por las tierras de sus aliados, lo que no creyó fue encontrarse a su mate en el camino, en medio de un bosque...