"-¿Me dejas robarle el gatito a la vecina?
-¿Que dijo Fuyu?
-Que deje de robar los gatitos de los vecinos.
-¿Y por qué crees que yo diré otra cosa?
-Porque él no es tu jefe, y tú también quieres robar gatitos.
-... Si Fuyu pregunta, lo encontra...
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Cuando Chifuyu tiene viaje durante los días entre semana, y a Baji justo le toca quedarse a hacer las estadísticas en la tienda, Eiko suele variar el lugar donde se quedará hasta que su papá Kei la pase a buscar.
A veces quedaba en casa de su tío Mitchi, ya que le encantaba jugar con el mayor en su consola, y algunas veces cuando ella perdía lo intimidaba con acusarlo con su papá Kei, sabiendo lo asustadizo que suele ser el otro y que la dejaría ganar las siguientes partidas.
Durante las veces que se quedaba en la residencia de los Sano, llegaba a tiempo para ver al rubio entrenar a los chiquillos de su edad en artes marciales. Algunas veces se unía a la clase solo para practicar y patearles el trasero a los que la subestimaban. Otras veces se quedaba al margen ayudando a los nuevos con su postura al momento de golpear, y cuando se cansaba se dirigía a la cocina del hogar, donde la menor de los Sano la recibiria con algún nuevo postre que estaría practicando en hacer.
Cuando llegaba el turno de quedarse en el estudio de moda de su tío Mitsu, siempre terminaba siendo usada de maniquí del mayor, aunque la tarea le resultaba aburrida, cuando llegaba su tío Hakkai el rato se hacía más pasadero, siempre metiéndose con el de pelo azul alegando que su esposo le daba más atención a ella que a él. El contrario se quejaba de esto, siendo callado por el de pelos lilas, diciendo que lo desconcentraba en su tarea. Al final tanto ella como el Shiba hacían las pases compartiendo algún dulce, mientras observaban como el diseñador cortaba telas de aquí para allá.
Los días que su tío Kazu la pasaba a buscar después de sus clases solían ser más divertidos, este a veces la llevaba al restaurante de los gemelos, donde con la tarjeta de su papá que había robado, "tú nunca repitas mis acciones Ei" "nunca lo haría Kazu", comían hasta saciarse, hablando sobre los días que tuvieron de su pandilla, las miles de fechorías y peleas en las que se habían metido y sobre cómo en casi todas habían salidos victoriosos, los gemelos Kawata a veces aportando anécdotas cada que pasaban por ahí cerca. Otras veces también acabarían en la tienda de mascotas, donde ella se quedaría cerca de su tío para no molestar en la concentración que estaba teniendo su papá. Le era divertido jugar con los animales de ahí cerca, o el solo hecho de ayudar a su tío con las cosas de la tienda, ya sea arreglando los estantes o atendiendo a algún cliente que iba en busca de una nueva mascota.
Cuando la noche caía, su papá siempre la pasaba a retirar de donde sea que haya estado, y en camino a su hogar ella le contaría todas las cosas que había estado haciendo. Al llegar a casa, casi siempre su papi ya estaba ahí esperándolos con la cena hecha, y después de lavarse ambos, la cena transcurría en una amena charla, con Eiko volviendo a relatar, esta vez a su papi Fuyu, lo divertido que había sido su día.
