# O22

412 73 5
                                    

Tanto Eiko como Chifuyu apenas tenían un mínimo conocimiento acerca de cocina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tanto Eiko como Chifuyu apenas tenían un mínimo conocimiento acerca de cocina. 

Si bien el mayor sabía un poco más sobre cómo cocinar, esto era solo lo básico, llegando únicamente a saber preparar arroz. Aunque a veces, hasta eso se le quemaba. 

Eiko, por otro lado, apenas y sabía hervir agua sin que se le quemara. 

Generalmente, era Keisuke quién siempre cocinaba y dejaba la comida para el día, y a veces para la semana, facilitando el trabajo para su esposo y su hija, ya que solo debían poner a calentar dicha comida.

Era este hecho el ocasionó que tanto padre como hija tuvieran una gran dificultad al momento de tratar de hacer la cena de ese día especial.

Ese día Baji había salido más temprano para atender unas cosas en la tienda, dejando a Chifuyu, con su día libre, y a Eiko, quien ese día decidió faltar a sus clases, para organizar la cena y hacer un pastel por el cumpleaños del mayor de los tres. 

Eso los llevaba al presente, donde tanto padre como hija yacían tirados en la cocina con harina por todo su alrededor, y varios tipos de sobras más esparcidos por el suelo. Peke Jr los observaba desde el marco de la puerta, cómo si silenciosamente se burlara de su fracaso en intentar hornear un pastel. 

Minutos después, y al ver que su pastel no se prepararía mágicamente, decidieron intentarlo una última vez. Ser cabezotas era algo hereditario, aún si no compartieran un lazo de sangre. 

Cuando dieron las siete de la noche, Baji anunciaba su llegaba, deteniéndose un momento en la puerta al ver como Peke Jr ahora estaba completamente blanco, bañado por lo que parecía harina. 

En el momento que se dirigió al comedor, un grito al unisón de Feliz cumpleaños le dio la bienvenida. Ahí, en la mesa, un pastel que parecía a nada de caerse, se encontraba en el centro, a su lado un poco de arroz recocinado y con lo que parecía era salmón, también quemado. 

Baji observó las caras de felicidad tanto de su marido como de su hija al momento de abalanzarse sobre él, felicitándolo por un año más de vida. Fue ese mismo rostro el que derritió su corazón, y no le permitió quejarse cuando probó el pastel y se dio cuenta que ambos habían confundido el azúcar con la sal. A pesar de eso, les dio las gracias y los tres finalmente decidieron pasar lo que quedaba del día yendo a dar una vuelta por el parque cercano.

Baji decidió que el próximo año, sin importar qué, iba a tomarse ese día de su cumpleaños para pasarla con su esposo e hija, y así evitar que cualquiera de los volviera a pisar la cocina.

Supongamos que todavía es 3 de noviembre y yo publiqué este capítulo a tiempo. ¡Feliz cumpleaños Baji! Revivan al cumpleaños porfa

BajiFuyu are the types of parents...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora