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"He aprendido a perder, no puedes permitirte lo mismo"


Leía una y otra vez aquella canción buscando refugio en ella, así podía estar horas enteras, memorizando canciones para distraerse y lograr mejorar su hábitos musicales, últimamente perdía la inspiración muy rápido, estaba fastidiado y no encontraba la manera de volver a ser el.

Hasta esa noche, cuando vio a ese chico, ahora diario tocaba esa preciosa canción mientras lo recordaba, quisiera volverlo a ver pero ya habían pasado meses completos sin verlo o siquiera escuchar algún rumor sobre él. Imaginaba un escenario perfecto de él tocando aquella melodía mientras el joven bailaba cautivando a quien sea que los viera con su bella danza.

Chan paseaba por el jardín con tranquilidad, buscando algo el cual no estaba seguro de que era, su entrenamiento había terminado y le dieron oportunidad de descansar un poco así que solo fue a relajarse por un momento.

Quizá olvidar al joven del otro día es la mejor opción, no encontraba nada y sentía que solo estaba dando vueltas en círculos al intentar buscarlo, así que se dio por vencido al menos por ahora, aparte ya tenía sus propios problemas con relación a su encierro.

Al día siguiente festejarían en el palacio el cumpleaños de su hermano menor, una gran celebración para el General Bang, él se limitó a recibir órdenes ya que era demasiado obvio que él no podría asistir, algo que lo sorprendió fueron las órdenes exactas de su padre.

"Podrás asistir, pero no revelaras tu identidad"

No era problema pues nadie lo conocía más que los soldados reales de altos mandos, los cuales obviamente estarían custodiándolo para no perderlo de vista, pero realmente no sabía si asistir o no, no estaba acostumbrado a esos ambientes y no tendría a nadie con quien estar ya que Jaebeom, Changbin y Sana estarían con el resto de su familia atendiendo a las personas y recibiéndolas con una alegre sonrisa.

Así que quizá por primera vez era mejor quedarse en su habitación, era mil veces mejor buscar en que entretenerse a ver a su hermano divertirse y disfrutar de algo que el jamás tendría.


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Día de fiesta para el Reino, ya que el General más querido estaba festejando su cumpleaños, toda la gente del pueblo le tenía aprecio al general de buena actitud que custodiaba el reino, así que decidieron festejarlo en el palacio real en una gran celebración de agradecimiento.

La celebración se llevaría a cabo en la sala real del palacio, al igual que se haría un festejo común en el pueblo, Félix era un general bastante respetado, la gente del pueblo se regocija ante su bella presencia.

Hyunjin, Minho y Momo fueron invitados al festejo en el Palacio Real, Kim Seungmin era uno de los soldados más fieles del Reino, justo por eso se permitió invitar a su pareja y sus amigos. Hyunjin y Minho darían un show en conjunto para dar comienzo a la fiesta, ambos practicaron por horas enteras aquella presentación, los dos eran los mejores bailarines de todo el Reino del Norte y debían dar una buena impresión.

Hwang arreglaba su vestimenta y colocaba sus accesorios, tomo entre sus manos aquel antifaz negro con detalles dorados para colocarlo con cuidado en su rostro, era momento de ir a presentarse y por primera vez estaba nervioso, de cierta forma esperaba ver al joven de hace algunos meses., aunque seguía intentado averiguar porque. Él quería ignorar la curiosidad que le causo el chico pero siempre terminaba buscándolo entre la multitud con la vista, pero siempre fallaba rotundamente, era como si nunca hubiera existido, demasiado extraño sí, pero hasta la fecha seguía buscándolo.

Hyunjin, es hora – hablo Lee colocando su antifaz blanco – Demos inicio a esta fiesta

El más alto sonrió alegre tomándolo del brazo para salir a sus respectivos lugares, Hwang dio su última mirada a su al rededor para después soltar un suspiro, no encontraba nada.

Las luces se apagaron llamando la atención de la gente en el salón real, algunas luces enfocaron dos puntos distintos iluminando los esbeltos cuerpos de los bailarines. La melodía comenzó a escucharse y los bailarines comenzaron su danza exagerando la coordinación, Lee marcaba los movimientos cautivando al público mientras Hwang era más delicado llegando a causar impresión.

El menor juraba poder sentir el ritmo de las notas correr por sus venas mientras que al mismo tiempo sus movimientos eran seguros y perfectos, de vez en cuando su vista vagaba por el lugar sin deshacerse de su rostro serio. El movimiento difícil llegaba, con delicadeza Lee levanto a Hyunjin del suelo realizando una vuelta perfecta logrando las miradas de asombro de su público, definitivamente eran increíbles.

La música seguía y ellos estaban atrapados en ella, sintiéndose libres y amando su trabajo.

Desde las escaleras se observaba el show, así que cierto azabache observaba todo con una leve sonrisa, lo volvió a ver, volvió a ver al chico que cada vez lo cautivaba más. Sus movimientos, su forma de bailar, cada cosa lograba atraparlo causándole más curiosidad sobre la identidad del joven con antifaz negro, aquel que lo tenía perdidamente enamorado.

Porque si, esa era la palabra exacta para describir sus sentimientos. ¿Cómo puedes enamorarte de alguien con tan solo verlo una vez? No lo comprendía. Se limitó a estar alejado de todos, observando con tranquilidad y una copa en la mano, pronto tendría que irse.


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❝El bailarín enmascarado❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora