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Las noches se asimilaban a una estadía eterna en el infierno

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Las noches se asimilaban a una estadía eterna en el infierno.
Hacía calor y sudaba todo el tiempo,aunque prefería estar muerto a que seguir ahí.

Ya no era excitante escuchar a Yun gemir. No le gustaba tener que tapar su espalda para que se vean esos rasguños y ya no lo mordía con ganas. 
Aún no entendía cómo es que siempre terminaba envuelto en eso. Lo mejor de todo,es que era siempre lo mismo,ni siquiera había un cambio que le hacía querer seguir con esa farsa. No. Solo quería terminar eso,darle fin a la mala obra,romper,arrancar y quemar las hojas de esa estúpida novela dramática amorosa que se estaban haciendo entre los dos.
Destejer esa bufanda de problemas en la que se estaba envolviendo.

(...)

Despertó de su siesta con lágrimas en los ojos.
Estaba solo en casa,por lo que había preferido dormir en paz por primera vez en mucho tiempo,tener un sueño completo. Justamente había soñado con su madre y se dió cuenta de cuánto la necesitaba.

Se sentó en la cama y se fue a dar una ducha.
El dolor en su pecho,en su corazón,en sus sentimientos realmente,le estaban consumiendo las ganas de vivir. El color del cuerpo y el brillo en los ojos.

Salió con el cuerpo humeando de vapor casi transparente y goteando agua de ducha por el cabello y las piernas,que dejaban su huella húmeda en el camino del baño a su habitación.
Miró hacia atrás y allí estaba la habitación de Yun...en que pensaba,esa era al verdadera señal que necesitaba para dejarlo,tuvo que haberlo hecho hace tiempo,pero su confusión sentimental lo obligaron a aferrarse a él más de lo que tenía previsto.

Entró y se acostó en la cama. Aún en toalla y mojando las mantas y almohadas en las que dormiría en un rato.
Que debía hacer...aclararse de una vez. ¡Tienes más de treinta años,comportate como tal! 
Si,debía dejar de ser un idiota,aunque eso sea parte de su naturaleza y de la raza humana.

Agarró su teléfono y buscó una habitación de hotel o alguna casa en la playa,se llevaría a Yun consigo y aclararía las cosas allí,si no le gustaba como eran las cosas,tenía la puerta siempre abierta y las zapatillas junto a la cama como para ponérselas y huir lejos de él. Tal como si nunca se hubieran conocido. Cómo si nunca se hubieran cruzado. Cómo si nunca hubieran cojido.

(...)

-¡Ya llegué!-

Se escuchó desde la puerta principal. Perfecto,Yun había llegado.

-hola-

Le dijo Armando mientras salía de la cocina.
Eso dibujó una sonrisa en el rostro se el bajito,siempre había soñado por ser recibido al llegar a casa.

𝚝𝚛𝚒𝚌𝚔 𝚏𝚊𝚒𝚕𝚎𝚍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora