Capítulo doce: Promesa

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Roger cerró los ojos y disfrutó del momento. Después de todo, probablemente esta sería la última vez para ellos dos.

Estaba acostado junto a Rouge. Sus manos estaban en el abdomen de su amante, donde se encontraba actualmente su hijo. Sin embargo, era demasiado pronto para sentir una patada. Solo deseaba estar todavía cerca para sentirlo cuando llegara el momento.

 Solo deseaba estar todavía cerca para sentirlo cuando llegara el momento

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(Fue lo más parecido que encontré.).

Rouge tarareaba una canción de cuna. Roger lo escuchó en silencio. Fue tan relajante y reconfortante. Algo que seguramente echaría de menos.

Entonces, de repente, sintió humedad en la cara. Miró hacia arriba y miró a Rouge. Las lágrimas caían de los ojos grises de su amante.

"¿Que esta mal mi amor?" Roger preguntó, acariciando su cabello rubio fresa.

"Lo-lo siento, Roger ..." Se mordió los labios. "Es solo que ... odio pensar que nuestro hijo va a crecer sin ti".

Fue un silencio ensordecedor. Vio impotente cómo Rouge seguía sollozando en sus hombros. Le frotó la espalda en un intento de consolarla.

Roger tampoco lo quería. Si tan solo las circunstancias hubieran sido diferentes. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa solo para estar con ellos. Pero la vida no funciona de esa manera. Fue injusto, algo que Roger siempre ha odiado. Pero al final, no le quedaba nada por hacer más que aceptarlo y desear que Rouge y su hijo estuvieran bien una vez que él se fuera.

"Sé." La atrajo en un fuerte abrazo permitiéndose llorar más. "Pero estará bien. Todo estará bien. Nuestro hijo será fuerte. Después de todo, sus dos padres lo son".

"Vas a ser un gran padre, Roger". Rouge se mordió los labios, mirando sus ojos negros con una sonrisa.

"Yo tambien lo espero." Roger se secó las lágrimas. "Si tan sólo tuviera la oportunidad ..."

Fracasó como padre. Eso era lo que Roger tenía en mente.

Su hijo se odiaba a sí mismo porque estaba relacionado con él. La sombra que arrojó Roger, Ace todavía vivía en ella. Roger sintió que el mundo entero se reía y se burlaba de él. Como si fuera el castigo por los crímenes que cometió en el pasado. Y Ace era el desafortunado que sufría por eso.

Se preguntó por qué el mundo puede ser tan cruel a veces. Ace tenía solo diez años y, sin embargo, ya estaba cuestionando su existencia. Eso nunca debería haber sucedido si solo la gente lo viera de manera diferente. Pero no puede cambiar eso ahora, ya que el daño ya está hecho.

Mañana, antes de que comience el ayer - One pieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora