Capítulo diecinueve: Cambio

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"¿Crees que Sabo está bien?" Luffy finalmente preguntó después de minutos de silencio. Estaba junto a la ventana, mirando hacia afuera. Finalmente miró a Ace esperando alguna afirmación.

Ace suspiró suavemente. Estaba sentado en el suelo sin hacer nada más que cavilar. "A Sabo no le gustará que nos preocupemos por él. Puede manejarse solo, Luffy."

"¿Crees que tu papá está bien?"

"No te preocupes por él. Es difícil matarlo". Ace dijo sarcásticamente, todavía no acostumbrado a la idea de apodarlo como su padre.

Luffy asintió, la expresión finalmente se relajó. El niño reajustó el sombrero de paja en su cabeza. Continuó mirando afuera. Ace pensó que probablemente esperaba que Sabo regresara pronto, pero ambos sabían que eso no sucederá pronto.

Ambos chicos estaban perdidos en sus pensamientos. No quieren hablar de eso, especialmente porque aún estaba fresco. Su mente todavía se estaba acostumbrando a la idea de que Sabo se había sacrificado por ellos. A Ace y Luffy no les gustó, pero ya había terminado. No pudieron cambiar el pasado y necesitan vivir con sus consecuencias. Ace no era bueno para hablar de sentimientos. Le preocupaba decir una palabra equivocada que empeoraría la ansiedad de Luffy. Callar era la mejor opción por ahora.

Al final, la casa del árbol quedó sin reparar. Sabo era quien sabía lo que había que reparar. Sabo era el que siempre estaba a cargo de la planificación. Pero su hermano no estaba allí. Eran solo ellos dos. No tener a Sabo cerca dejó un vacío en sus corazones. La atmósfera en la casa del árbol confirmó que algo o, además, alguien faltaba en la escena.

"¡Mira, Ace! ¡Roger ha vuelto!" Luffy sonrió emocionado, señalando con un dedo afuera tan pronto como vio al hombre.

Ace se sorprendió cuando sus pensamientos se dispersaron. Pero no se movió de su lugar. Hoy no tenía la energía, a diferencia de Luffy.

Roger se subió e inmediatamente fue recibido por Luffy, quien siguió balbuceando. Ace lo miró fijamente. Atrás quedó la ira en su rostro. Pero aún así, había algo inquietante en su padre. El aura que estaba emitiendo seguía siendo la misma peligrosa que había sentido antes.

"Vamos a buscar a Sabo", anunció Roger con una sonrisa, alborotando el cabello negro de Luffy.

Los ojos de Luffy se agrandaron antes de gritar de felicidad. "¿¡En serio !? ¡Entonces vamos a…!"

"No," dijo Ace con firmeza antes de que Luffy pudiera terminar su oración. Se volvió hacia su hermano con expresión seria.

"¿Por qué? ¡Quiero a Sabo de vuelta! ¡Estoy seguro de que tú también!" Luffy argumentó, apretando los dientes. Sus ojos temblaron mientras lo miraba.

Roger permaneció en silencio y esperó su explicación.

"No estoy seguro de si Sabo quiere eso. Esperémoslo. Si no está contento allí, volverá con nosotros". Ace murmuró mientras cerraba los ojos. "¿No confías en Sabo?"

"Por supuesto que sí ..." gruñó Luffy, ofendido por sus palabras.

Ace sonrió un poco. "Entonces no te preocupes por él. Sabo es fuerte. Es nuestro hermano, ¿recuerdas?"

Luffy se quedó en silencio, pero después de un rato, asintió con firmeza. La idea de no tener a su hermano mayor cerca no era algo a lo que se acostumbrara.

Había dolor dentro de Ace. No solo estaba tratando de convencer a Luffy, sino también a sí mismo con esas palabras.

La confianza era todo lo que necesitaban. Después de todo, esa era la base de su hermandad. En ese momento, Ace decidió creer en Sabo. Ace conoció a Sabo durante la mitad de su vida. Se unieron por un objetivo común. Fueron puestos en situaciones potencialmente mortales todo el tiempo. No puede recordar cuándo confió plenamente en Sabo. Simplemente sucedió hasta el punto en que se sintió cómodo con él contando su mayor secreto.

Mañana, antes de que comience el ayer - One pieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora