Anubis (Katsudeku -omegavers)

Vida y Muerte.

Izuku portaba una túnica blanca al igual que Katsuki a diferencia que la de el no era tan larga como la de Izuku  las pertenencias de Izuku estaba llegando al palacio de Katsuki que terminaría por simbolizar su señal de matrimonio.

El sacerdote se encargó de señalar y unir su lazo delante del templo de sus dioses, ofrendas de oro, frutas, joyas preciosas llegaron como presentes a los recién casados.

Delante de sus dioses se juraron amor, paz, pidiendo a cambio prosperidad, el pueblo celebro la unión de los príncipes, lanzando granos al salir del templo aplausos, música, se escuchaban por todo el reino de Egipto.

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Contiene +18, leve, pero leer bajo su propio riesgo.

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La noche de bodas estaba llegando en dónde Izuku sería marcado por su alfa y la unión entre ellos se reforzaría mucho más.

Habían llegado a un Oasis alejado de la población, en dónde una gran carpa y una gran cama con sábanas blancas se encontraba.

Katsuki abrazo a Izuku para luego tomar su cara entre sus manos acariciando las mejillas sonrojadas de Izuku y unirlas en un beso que fue creciendo con volviendolo cada vez más intenso llevándolo lentamente a dónde la cama, terminando recostando al pecoso en ella.

Katsuki procedió a besar el cuello de Izuku  lamiendo su glándula Omega con deseo, sus aromas se mezclaban, el olor de excitación del Omega embriagaba a Katsuki quien empezó a tocar más allá levantando la bata de Izuku apretando sus muslos con deseo.

Se aparto por un momento para despojarse de sus prendas  dejando ver sus bíceps a los que Izuku admirado acarició para luego llevar sus dedos al abdomen perfectamente marcado se su alfa, Izuku se levanto hasta llegar al alfa y besarlo sujetando con sus manos el cuello de el obligándolo a juntar sus cuerpos una vez más.

Entre sábanas blancas, brisa fresca, olor a sexo y sangre, se escuchaba los gemidos de Izuku quien saltaba ensima de la polla de Katsuki y este tocaba con placer la cintura de su Omega.

Katsuki se posicionó encima de Izuku para darle fuertes embestidas en lo que Bakugo termino por aprovechar la situación y Morder la palpitante y roja glándula de Izuku, dejo salir sus colmillos para así marcar al pecoso  lamió la herida quitando la sangre  ante el acto ambos terminaron por venirse.

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Termina el +18.

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Izuku se encontraba recostado sobre el pecho de su alfa  quien le acariciaba sus cabellos con ternura para luego darle un beso en su linda frente.

-sabes yo solía decir que el amor no existe ,no hay tal cosa como el amor,por lo tanto no hay dolor, eso es lo que pensé- Izuku se levanto levemente y miro a Katsuki a los ojos - Cuando manifesté mi don Kirishima aprecio después de que en una pelea le deseara la muerte a alguien el niño cayó muerto al instante  todos me miraban con temor y se alejaron de mí, más tarde Kirishima me explico cómo debía usar mi don y que el me ayudaría, fuí respetado, temido, pero no amado, durante mucho tiempo creí que no lo llegaría a sentir algo como lo que estoy sintiendo contigo, pero quiero preguntarte algo Deku ¿Tú me amas?.

Izuku sonrió tiernamente - Si, si te amo Kacchan querido mío quiero estar contigo para contemplar las estrellas en todo su esplendor, sentarnos juntos ahora y siempre porque yo sé que tú eres para mí y yo soy para ti, te amo tal y como eres y si lo dejaras se ser también, ¿Tú me amarías de la misma forma?.

-Si, si lo haría.- respondió Katsuki sin dudar.

Bakugo no podía sentirse mejor, junto su cabeza con la de Izuku y le dió caricias en ella.

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El nacimiento del principe Katsuo sucedió al año de matrimonio entre ambos príncipes  nombrando Faraón a Katsuki.

Tras la llegada de su campeón y su amado esposo hizo las  tres grandes pirámides de Giza en Egipto, posicionadas exactamente como  se encontraban las tres grandes estrellas azules  quienes ahora compartía con su hermosa familia, simbolizando la unión de los tres, cada uno representando a uno de ellos eran los tres grandes.
El día de su muerte cada uno sería enterrado en su distinguida pirámide  y estarían juntos en el más allá.

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Kirishima y Denki miraban desde el gran balcón las pirámides era sorprendente y hermoso la vista de esos.

-Es lindo como puede llegar a ser el destino ¿No crees Rayito?.

-Si, si lo creo Kiri, quiero estar siempre contigo - Denki lamió el rostro de su canino esposo que no duró mucho tras escuchar los sollozos de un cachorro recién nacido a quien no dudo atender.

Fin.

Holaaa, muchas gracias a todos los que apoyaron la historia uwu, sus comentarios fueron de gran ayuda

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