⊹˚.⋆ 𝐒𝐂𝐇𝐈𝐙𝐎𝐏𝐇𝐑𝐄𝐍𝐈𝐀

➳꙲᭄᪼⃟⃟𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐕𝐄: 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃.˖͓ᭃ͕᪶̋

Pasó cierto tiempo, horas quizá. Eran las 00:00 a.m., el hospital al que llevaron a su pareja seguía abierto y él estaba entre esa gente aún despierta entre la sala de estar.
Había veces que él dormía, pero después despertaba. No le sirvió ninguna de esas veces que se durmió; seguía cansado, con ojeras. Pero tampoco era capaz de cerrar los ojos.

Y ni siquiera pudo despedirse de Grace y su pareja, la cita doble había sido un desastre.

Esos dos... Los odiaba, jamás le había deseado la muerte a alguien pero esos dos esta vez se lo habían ganado, fue la culpa de ellos, si Nene y Darnell no hubiesen estado ahí seguramente el peliazul y el pelirrojo no estarían en el hospital. Con el segundo mencionado luchando por su vida mientras que el de ojos negros sólo le quedaba esperar porque se supone que es lo único que puede hacer... Era repente tortuoso.

Y estaba asustado, porque aún el doctor no le avisó sobre los exámenes del pelirrojo, ni siquiera si habrían podido salvarle la vida.

Comenzaba a desesperarse de sólo pensar en cómo le darían la desastrosa noticia. La ansiedad afectaba más de lo que creía; era uno de estos ataques de ansiedad silenciosos...

No sabría qué hacer. Ya había derramado lágrimas varias veces esa noche también tras tener varios de estos mismos escenarios en mente buscando prepararse para la mala noticia, temiendo lo peor.

También detestaba a los que lo manipularon por tanto tiempo.
Le obligaron a creer por mucho tiempo que eso era amor.
Le hicieron daño.
Le manipularon.
Le trataron horrible.
Le quieren obligar a casarse con Grace.
Y tras de todo quieren que Nene y Darnell maten a Pico.

Le hervía la sangre de rabia.
¿Por qué simplemente no lo dejaban en paz?..

Suspiró, tendrá que hablar con Pico un día de estos para ir a la comisaría y pedir una orden de alejamiento.
Pero sintió ganas de llorar cuando su mala imaginación le metió en la cabeza la frase: “Si es que despierta”.
Ya no más.

Tenía fe en que su pelirrojo favorito despertaría, él es fuerte, él puede.
Entre sus pensamientos de tanto odio, un tanto positivos y negativos, ve a el doctor acompañado de dos personas.

Estos cubrían su cara con un tipo de uniforme para militar realmente raro.

Pero a el peliazul importándole poco y nada la presencia de estos, se levantó rápido buscando una respuesta precisa al fin.

—¡Ah! Ahí estás. —dijo el doctor al ver al peliazul, los otros dos voltearon a verlo de manera neutral sabiendo que el de ojos negros iba a hablar.

—... ¿C-cómo está... Él? —dijo en un tono de voz nervioso y roto.

—¡Oh! No, no, no te preocupes. —le habló en un tono suave. —Pico va a despertar, llegamos a tiempo y pudimos hacerle una transfusión de sangre.