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La racha de rechazos de
Shinichiro había acabado con
la aparición de una joven de
preparatoria a la cual defendió
de un acosador.
Conforme los mese...
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Más allá de no saber pelear, Shinichiro era igualmente conocido por ser rechazado constantemente por las chicas —por no ser crueles y decir siempre— y eso era bastante raro pues para sus amigos, y hasta para su hermana menor, no era un chico del todo feo y cuando se trataba de hablar con alguna era respetuoso así como atento.
Siendo un día soleado acompañado de una ligera brisa, una vocecita dentro de la cabeza del azabache lo impulsó a pedirle una cita a su compañera de la universidad, quien después de varios proyectos y actividades a su lado logró que el chico cayera a sus pies; y estando frente a ella comenzaría a rascarse la sien izquierda nerviosamente con la mano correspondiente a ésta, mientras que su otra mano daba ligeros golpes al bolsillo de su pantalón donde se encontraba la cajetilla de cigarros que acababa de comprar minutos antes del encuentro, tomó aire y al exhalar la miró, unos segundos después pudo al fin hablar.
—¿Sabes? Esto me está costando algo de trabajo por mi mal historial. . .—Hizo una pausa, los golpes sobre su pantalón se hicieron más constantes y solamente no sacaba un cigarro pues sabía que a ella le desagradaba el humo de estos.— Me gustas. . . ¿Te gustaría salir conmigo?
El estómago del chico se revolvió ante la seriedad de su compañera, aquellos golpes desaparecieron y dieron paso a que la cajetilla fuera apretada entre el puño de éste. La cosa fue peor cuando la joven suspiró y en seguida le dio la espalda. . . Ya lo veía venir, así como las anteriores veces primero se disculparía y tras esto, haría un discurso diciendo el buen chico que era para terminar diciendo que a pesar de todo eso solamente lo veía como un amigo o a lo mucho, como un hermano.
—Shinichiro, eres muy divertido e inteligente. . .—Ahí volvió a mirarle, dedicándole una sonrisa buscando amortiguar el golpe del futuro rechazo.— Tan lindo y es admirable el como cuidas de tus hermanos, eres bastante tierno y serías un gran padre gracias a todo eso. . . Pero lo siento, la verdad es que me gusta alguien más. Pero ya verás, podrás encontrar a alguien con quien compartir todo, de eso estoy segura.
La joven se despidió del azabache con un abrazo y sin voltear hacia atrás, abandonó el parque donde ocurrieron los hechos.
Los minutos pasaban y Shinichiro seguía ahí, viendo perdidamente el suelo tratando de entender el hecho de por qué fue nuevamente rechazado. Bueno. . . era obvio que entendía que la chica que acababa de irse amaba a alguien más, pero, ¿por qué las demás no se animaban a algo? A los ojos de su hermana era un chico atento y de linda cara, alguien a quien podías contarle tus problemas y que podía ayudarte con ellos, divertido y cómodo para dormir, ¿por qué las chicas no lo veían así? Aunque tampoco podía esperar que todas tuvieran la misma visión infantil de su hermana de tan solo ocho años.
Resignado regresó en sí, sacando la cajetilla, la cual ya estaba más estrujada que su corazón, para llevar un cigarro a sus labios y ponerse con esto en marcha para encontrarse con su mejor amigo.
