—¡¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera?!
El enojo de aquel joven desbordó ante la manera en la que la castaña le había contestado, orillándolo a alzar el puño en el aire listo para soltarle un golpe de vuelta a la menor. En medio de dicho acto, el rugir de una motocicleta ajena se hizo presente ocasionando que la chica se asustara más de lo que ya estaba, esperando el golpe del otro y que seguramente era un amigo suyo el que estaba próximo a llegar cerraría los ojos retrocediendo unos pasos a la vez, aún teniendo la pequeña esperanza de poder huir ilesa de esa situación.
—¡Ey, tú! ¡Maldito!
El nuevo participante en aquella discusión derrapó la motocicleta dejando la parte trasera de la misma cubriendo las piernas de la chica, inmediatamente quien la acosaba se paralizó buscando la manera de irse del lugar y eso a pesar de que sabía que saldría ileso esa tarde, lo que temía era ser acechado en los siguientes días hasta recibir una lección. Incontables veces pidió perdón, tanto a la joven como a quien había llegado a defenderla, y tras unas cuantas amenazas pudo dejar el lugar rogando que todas esas cosas quedaran en el aire.
Estando ya solos, la joven estudiante apenas y pudo alzar la mirada, el miedo aún era el sentimiento dominante en ella. No sabía por qué, pero algo le hacía creer que el contrario solo vino a ahuyentar al otro chico para que fuera él quien la lastimara o abusara de ella. Sin embargo y para suerte de ella, nada de eso sucedió, estuvieron algunos minutos en silencio y nunca le faltó al respeto, aquel azabache hasta le regaló una sonrisa esperando que con eso pudiera tomar un poco de ánimos. Acto seguido la estaba bombardeando con preguntas, ¿se encontraba bien? ¿Le había lastimado? ¿Necesitaba que le acompañara a su casa? Estando a punto de responderle sintió un fuerte dolor en la pierna derecha que fue en aumento segundo a segundo, por lo que de su boca solo salieron quejas al mismo tiempo que dirigía la vista a la zona antes mencionada.
—¿Está todo bien? —El dueño de la motocicleta pasó por detrás de esta buscando ver si podía ayudar a la chica, pero sabiendo el susto que recientemente vivió, evitó mirarla más allá de su rostro, solo le quedó esperar a una indicación por parte de la ajena.
-En serio agradezco tu ayuda, no sé qué hubiera hecho sin ti...-Hizo una pausa, aquello le preocupó pues existía la posibilidad de que le fuera a decir que no era su asunto y que no debió de haberse metido.- Pero deberías pensar seriamente en ponerle marco a tu placa...
El de cabellos negros estaba algo aliviado pues la otra no le llamó entrometido pero al mismo tiempo no pudo evitar sentirse algo confundido, ¿por qué mencionó aquello sobre su placa? Y además, ¿quién se creía la menor para decirle que hacer o no con su motocicleta?
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𝙷𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚊 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚗𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊 | 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛
Fanfic︵︵⠀ ⠀ . ゚ ✧ ⠀︵︵⠀  ̄ ̄  ̄ ̄ ̄ ̄  ̄ ̄ ̄  ̄ ̄  ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ La racha de rechazos de Shinichiro había acabado con la aparición de una joven de preparatoria a la cual defendió de un acosador. Conforme los mese...