prólogo 2/4

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En el cuarto de un hospital se puede ver a una niña durmiendo plácidamente en una de las camillas con una expresión de tranquilidad como si lo que ocurrió la noche anterior jamás hubiese pasado.

Se despertó a causa de los molestos rallos del sol. Desconcertada y adormilada estiro el brazo en busca de el contacto con su madre y al no encontrarla se altero y se reincorporo de un salto, sentándose en la camilla asustada con su corazón queriendo salir de su pecho.

Inspecciono el lugar confundida, una pequeña mesa a su lado y un monitor de signos vitales que estaba conectado a ella junto con el suero que iba a sus venas, con curiosidad toco esa parte donde la aguja estaba sobre su piel y la quito enseguida al sentir un pinchazo, haciendo una mueca de dolor; siguió viendo y a su lado una ventana en donde se veía la ciudad y el sol saliente, a su extremo izquierdo una cortina abierta que dejaba ver la puerta.  Paso después a verse las manos, los brazos y las piernas que ya no estaban sucios, viendo su bata azul característica de los hospitales. Estaba sorprendida y confundida al igual que veía el cuarto del hospital curiosa hasta que callo en cuenta de algo... su madre no estaba con ella.

Los recuerdos la azotaron y comenzó a derramar lagrimas de nuevo, sintiendo su pecho arder y una sentimiento de vulnerabilidad la abrazo.

Afuera se encontraba una enfermera y uno de los oficiales de ayer viendo con tristeza a la niña.

Enfermera: "Pobre pequeña. No puedo creer que tan solo con 4 años haya tenido que ver a su madre ser asesinada " triste, el contrario no le contesto y siguió en su posición original "¿No tiene a nadie mas?" viendo a su acompañante que soltó un suspiro.

Poli1: "No. Los familiares de la madre no quieren ni verla." serio.

Enfermera: "y ¿El padre?" esperanzada.

Poli1: "En alguna parte del país queriendo lo mismo" refiriéndose a que no sabían quien era. Se coloco su sombrero de policía y se adentro a la habitación sosteniendo algo en su mano derecha y escondiéndolo en sus espaldas

Se puso alerta al escuchar la puerta del cuarto abrirse, encontrándose a un oficial de policía que se acercaba a paso lento asía ella con una sonrisa tranquila.

Este era pelinegro con ojos del mismo color.

La pequeña aun con los ojos hinchados veía al oficial desconfiada y curiosa.

Poli1: "Hola pequeña ¿Cómo te sientes?" gentil pero la niña no respondió "¿Como te llamas?" tampoco respondió. "Se que es bueno que seas desconfiada pero no vengo a acerté nada" tranquilo. De pronto recodo algo y saco su mano detrás de el, revelando a un conejo rosa "¿Esto es tuyo?" tendiéndole el juguete. Un brillo se albergo en los ojos de la pequeña al ver a su inseparable compañero, haciendo que el contrario sonriera enternecido y le entregara el peluche el cual tomaste de inmediato y lo apretaste contra tu pecho.

T/N: " Mi nombre es T/A T/N" murmuro desconfiada reverenciando la cabeza y cauzando que el contrario sonriera aun más.

Poli1: "Mucho gusto T/A, yo soy el oficial Yamada" se presento "Te llevaremos a tu hogar temporal" triste. La contraria solamente asintió armándose de valor para enfrentarse a lo que le esperaba.

El oficial salió para que la niña se cambiara. Tomaste la ropa que te señalo, consistía en una sudadera holgada junto con una playera blanca y un pantalón deportivo negro junto con unos tenis.

Al terminar de cambiarte saliste con tu conejo en mano, encontrándote a una castaña vestida de enfermera que te sonreía gentilmente junto con el oficial.

Te escoltaron a la salida y al llegar a esta se despidieron de la enfermera y siguieron su camino hasta una patrulla en donde el policía te abrió la puerta trasera y después el se subió en el lado del conductor. Arranco y se fueron de allí.

Tokio revenger y tú (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora