Comenzaste a abrir los ojos con lentitud mientras escuchabas los llantos incesantes de los gemelos rogando por comida. Volteaste a ver el reloj de tú habitación, ya eran casi las 4 de la tarde, al salir de la escuela fuiste y recosté a los gemelos de la guardería y lo primero que tu cuerpo hizo al ver tú cama al llegar a casa fue caer inerte en ella, mientras con cada segundo que pasaba el cansancio y la fatiga de tus obligaciones te comenzaba a cobrar. Te levantaste adormilada de la cama y fuiste con ellos, los cargaste y los llevaste a la cocina, sentándolos en sus periqueras para proceder a revisar si había comida. Soltaste un suspiro pesado al ver que ya no había casi nada.
Solo había leche en polvo para bebes, por lo que agradeciste de que podrían comer los gemelos.
Te cambiaste con rapidez, cargaste a los gemelos y fuiste asta la sala en donde había dinero en la mesa y te disponías a tomarlo. Detuviste tú mano en seco y te le quedaste viendo por unos minutos dudosa, intranquila y con un mal sabor de boca mientras tu mano temblaba y tu mano comenzaba a sudar. Soltaste un suspiro, tranquilizándote un poco y sin pensar o ver el dinero, lo tomaste y saliste de la casa al supermercado más cercano..
...: "¡Buenos días T/N!" saludo con alegría una mujer ya mayor mientras regaba sus plantas. Era un poquito más alta que tu, vestía una yukata azul obscuro con detalles claros, su cabello era negro obscuro, con ya bastantes canas, agarrado en un estilo japonés antiguo, sus ojos verdes oliva y su mirada intensa te daban a saber que de joven fue pretendida por muchos. Esa mujer era tu vecina, la señora Shinobu.
Una mujer con un carácter fuerte pero muy alegre. Desde que llegaron fue muy amable y los ayudaba en lo que pudiera. Viuda hace ya 1 año y ex enfermera. Viviendo solo de la pensión de su difunto esposo, antiguo militar, y de ella. Teniendo una vida tranquila pero con todos los lujos que se podía dar, pero pese a que siempre estaba sonriendo, su vida era envidiable para muchos, una enorme casa, dinero a montón y la amistad de muchas personas que la apreciaban pero a pesar de eso y si prestabas mucha atención, podías ver una soledad y tristeza que se ocultaba como una aguja en un pajar.
T/N: "Buenos días Señora Shinobu" dijiste tranquila mientras te acercabas y reverenciabas la cabeza con respeto "¿Cómo se encuentra hoy?".
Shinobu: "Excelentemente bien querida. Gracias por preguntar" sonriéndote con cariño "¿A donde vas con estas bellas criaturas?" cuestiono aun sonriendo mientras pellizcaba los mofletes de los gemelos y estos reían divertidos.
T/N: "Voy al supermercado a comprar comida" tranquila, dudando si fue buena idea contestar eso. La contraria arrugo su entrecejo, borrando su bella sonrisa.
Shinobu: "¿Hace cuando se fue?" molesta.
T/N: "Antier" suspirando cansada.
Shinobu: "Solo se quedo un día" murmuro comenzando a negar con desaprobación pero decidió ya no seguir con el tema ya que pensaba que era un tema triste para ti el que su padre no estuviera con ustedes "No has dormido bien ¿verdad?" viendo con preocupación tu cara cansada pero cuidar a dos bebes era cansado y más si Megumi se la pasaba llorando y constantemente los pequeños se enfermaban y tenias que correr a la clínica más cercana, muchas veces de noche; más aparte súmale los deberes de la escuela y la casa ya que no te gustaba la suciedad o el desorden.
T/N: "Estoy bien" la intentaste tranquilizar y ella solo negó con cansancio.
Shinobu: "Te propongo un trato cariño" volviendo a su actitud maternal.
T/N: "¿Cuál?" levantando una ceja, curiosa.
Shinobu: "Quiero que me traigas unas cosas del supermercado y a cambio yo cuido a estas bellezas" alegre volviendo a jugar con los mofletes de los gemelos.
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Tokio revenger y tú (Editando)
Randomsi entre tus gustos esta una infancia orrible, sufrimiento y lo que sigue léanla y si no les gusta pueden dejar la historia, bueno con eso yo creo que ya entendieron y si no es así pues entren y léanla. Está es mi primera historia así que si quieren...