DREAM ➻Jjk

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—Agarra los papeles que están en el folder verde y traelos lo más pronto posible —La voz del otro lado del teléfono era conocida para mí —Bien, llámame cuando estés cerca.

Habían juntado a todos en la sala principal, al parecer la escena de los hechos la recrearían.

—Tardara unas cuantas horas, tal vez este aquí para la cena —Jin se veía algo angustiado, pero mantenía esa postura que lo hacía ver cómo acero.

—Entonces hoy no habrá nada —Jimin se levantó del sillón que era para solo una persona —Iré a checar algunas cosas —Su olor viajo hasta mis fosas nasales cuando me rebasó, olía cómo a vainilla.

Me levanté de igual manera siguiéndolo por dónde se fue.

Sentí una mirada y para ser específica, era del chico de sudadera azul

Hablame, no muerdo, Jeon.

Hacía mucho frío en esta zona de la casa. Era como en las películas, cuando solía pasar algo en algún sitio, por alguna razón se volvía muy tenebroso o se sentía las energías malas

Yo, creía en eso.

Pero ahora mismo quería no hacerlo, engañar a mi mente de que no pasaba nada estaba resultando

Chille al oír una voz junto a mi

—Tranquila soy yo —Minmin trato de calmarme dándome unas pequeñas caricias sobre mi cabeza —Te decía que aquí estaba.

—Ya lo veo ¿sabes? No deberías ser tan sigiloso —arrugue la nariz negando —haras que me muera de un susto

De momento su expresión cambió y paso de ser a una juguetona a una totalmente lo contrario. Pude ver cómo sus ojos se cristalizaban, trago duro y desvió su mirada a otro punto.

Perdóname.

—y tú deberías de evitar decir estupideces —De repente sentí como apuñalaban mi corazón —Solo déjame en paz, ¿quieres?

No una, si no varias veces.

Entonces... La duda creció más y más.

¿Qué le pasó a esta familia?

Cuando recobré el sentido, Jimin ya se había ido dejándome sola por completo en aquel pasillo tan frío. Me sentía una completa estúpida como él lo dijo. Ser insensible a los momentos o no saber escoger las palabras correctas era uno de mis defectos. Hablar de muerte justo cuando los problemas se trataban de eso, me hacía una insensible y sin corazón.

¿Y si estoy causando problemas?

—Ni lo pienses

¿Y sí él leía mi mente?

—Ven, hace frío —Su mano encontró la mía —Te prestaré una sudadera —una corriente recorrió todo mi cuerpo.

Lo que faltaba, estás mierdas si existían.

No protesté, tampoco lo solté.

—Quita esa cara, luces como si te hubiera caído lo peor del cielo —Me estuvo viendo y yo ni por enterada

—No es como si pudiera cambiar mi estado de ánimo así de la nada —sonaba apagada.

—No pero si hacerme caso a lo que te digo

Pero si tan solo había dicho lo de mi cara, oh...

—Llevo hablándote desde que dejamos la casa

¿Qué? Estaba confundida. Ya no estábamos en la casa si no afuera de ella. Casi a nada de adentrarnos al bosque.