Setsuna Taisho una joven de 20 años perteneciente a la familia más poderosa de Japón es casada con Hisui Nakamura un chico de 25 años hijo del abogado y abogada más solicitados en todo Japón
ya que tienen demasiadas deudas y problemas entre familia...
Después de poner a Towa al tanto de la situacion empezó a tratar el brazo de Riku, al terminar mire a Hisui quien parecía pensativo por lo que me acerque a el
–¿ocurre algo?–pregunte con voz suave
–no descuida, solo estaba pensando en lo que dijo Riku... Estoy algo preocupado es todo... No quiero que nada malo te pase–tomó delicadamente mi mano entrelazandola con la de el
–estoy segura que nada malo me pasara... Además si estoy contigo me siento protegida... –murmure recostando levemente mi cabeza en su pecho logrando escuchar los latidos de su corazón
–mientras estés conmigo nada malo te pasará, te lo prometo... Pero tengo un mal presentimiento... Será mejor que vayamos a visitar a tus padres, algo me dice que es nuestra mejor opción–asentí en respuesta para luego dirigirnos donde estaba Towa
–Towa ¿te quedaras a cuidarlo?–pregunto Hisui después de haberle dicho que iríamos a ver a nuestros padres
–por supuesto que si, además no puedo dejarlo solo, vayan ustedes–sin esperar otra respuesta salimos en dirección a la mansión
Narradora
–ya es algo tarde, deberíamos dejar el trabajo para mañana–avisó el peliplata con su típica serenidad
–Tienes razón, además dejaste sola a Rin y eso que odias hacer eso–agregó Irasue con una pequeña risa
–apresurate si no quieres que te deje aquí–respondió pues ya estaba adentro de la limusina
–que hijo tan caballeroso tengo–murmuró la peliplata con sarcasmo para luego sentarse al lado de el
En la mansión Taisho...
–¡oiga no se mueva!... Tenemos permiso para disparar o matar a quien sea que irrumpa en la mansión Taisho... Así que, ¡un paso más y morirá en este mismo instante!–exclamó el guardia al ver a el hombre burlar fácilmente a la demás seguridad
–uy pero que miedo... Solo quiero tener una pequeña conversación con Rin Matsumoto... Si me dejas entrar te perdonaré la vida–dijo el pelinegro ladeando una sonrisa mientras avanzaba hacia el guardia
–¡yo se lo advertí!–se escucho el disparo que era dirigido hacia el pelinegro pero este ni se inmutó al recibir el daño en su pecho
–pero que idiota... ¿Al menos sabes disparar?... Tu enemigo podría traer algún chaleco antibalas... Siempre tienes que disparar a la cabeza para evitar que se levante nuevamente–dicho eso llevó a cabo su explicación sin piedad alguna
–¿¡pero que.. –la voz de Setsuna hizo presencia en el lugar antes de guardar silencio al ver todos los cadáveres y la sangre derramada
–sabía que algo malo estaba pasando... –murmuró el de ojos color índigo posicionándose delante de la ojivioleta mientras que por la puerta había salido Rin quien estaba con los ojos abiertos como platos al ver semejante escena
–creí que la mansión estaba sola... Bueno da igual de todos modos ya logre mi cometido–el pelinegro rápidamente corrió hacia Rin quien intento correr lo más rápido que pudo pero no era suficiente comparado con Naraku
Naraku tomó a la ojichocolate por el cuello mientras que su arma apuntaba a su cabeza logrando que Setsuna palideciera al verla
–maldito... sueltala ahora mismo–murmuró Hisui con el entrecejo arrugado
–dame a la chica si no quieres que por error le dispare a la cabeza, tengo manos torpes sabes–contestó con una sonrisa burlesca lo que hizo aumentar la ira del chico
–¡te dije que la soltaras! –sin poder aguantar un segundo mas, el ojos color índigo corrió hacia el pelinegro sin importarle que recibiera daño alguno lanzándose hacia el tratando de quitarle su arma
El sonido del disparo de la arma fue lo que hizo que todo quedará en silencio
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