Setsuna Taisho una joven de 20 años perteneciente a la familia más poderosa de Japón es casada con Hisui Nakamura un chico de 25 años hijo del abogado y abogada más solicitados en todo Japón
ya que tienen demasiadas deudas y problemas entre familia...
Había salido de mi habitación para ir a tomar una ducha pues con todo lo que había pasado en este día necesitaba relajarme un poco
Al salir me senté en la orilla de mi cama mientras pensaba en como mi relación había mejorado con Setsuna desde la primera vez que nos vimos
–esa chica me trae loco ...–murmure con una sonrisa, para luego tirarme en la cama mientras posaba mi antebrazo en mi cara
El sonido de la puerta me saco rápidamente de mis pensamientos por lo que me levanté para ir a abrirla
–hola Setsu ... na–me había quedado sin aliento mientras que la cara me ardía como nunca lo había echo al igual que no podía articular palabra alguna
Tragué grueso al verla vestida así, me había quedado estático en mi lugar admirando como le quedaba aquella lencería que remarcaba cada una de sus curvas y dejaba al descubierto varias partes provocativas de su escultural cuerpo
Si la miraba bien ella también estaba sonrojada
Sin decir tener que pronunciar palabra alguna la tome de la mano para guiarla hacia adentro de mi habitación sin que pusiera resistencia alguna
No pude contenerme más por lo que la acosté lentamente en la cama envolviendo sus labios en un beso algo salvaje y lleno de pasión dónde nuestras lenguas se enredaban entre si
Narradora En otro lugar
–y bien ... ¿Ya está resuelto?–preguntó el peliplata acercándose donde estaba su madre
–pues al parecer el código en más difícil de lo que creí ... Será mejor que guardemos esto, además no podemos estar perdiendo el tiempo en banalidades, Sesshomaru tú bien sabes que Zero está tramando algo, y considerando a quien tiene de aliada no durarán en atacar a Rin ... –lo último hizo que el ojidorado arrugará en entrecejo
–eso jamás pasará mientras yo viva ... Gracias por tu ayuda de todos modos ... Me tengo que ir–murmuró Sesshomaru saliendo de la oficina
–nunca cambiará ...–susurró Irasue con una sonrisa mientras miraba a su hijo salir
- - - -
Con Hisui y Setsuna
E
n aquella habitación los dos jóvenes se encontraban besandose fogosamente sin poder contener el deseo que se tenían el uno a otro
El chico deslizó suavemente su mano por la pierna de la ojivioleta sacándole pequeños suspiros ahogados en ese beso
Sin pensarlo dos veces empezó a acariciar por encima de la lencería la zona íntima de la chica quien no pudo reprimir más suaves gemidos que dejaba salir al separarse de aquel fogoso beso
Hisui después de dejar unas cuantas marcas en el cuello de la pelicastaña, bajo con su boca la parte de arriba de la lencería causándole un pequeño escalofrío a Setsuna al sentir sus suaves labios sobre su piel desnuda
Sin esperar un segundo más la chica bajo el pantalón de su pareja dejándolo solo en ropa interior pues todavía no se había puesto la camisa dejando aún más al descubierto la erección que tenía
–Ahh–aahhh H-hi-ahh-sui–gimió al sentirlo entrar en ella de una sola penetración, pues apenas estuvo dentro de ella empezó a moverse a gran velocidad
–Aah–ahh t-te ves tan ah–ahh s-sexi–susurró el chico lamiendo levemente el lóbulo de su oreja aumentando mucho más la velocidad de sus penetraciones
–Ah–ah d-deja ahh–ah de d-decir e-estupideces Aahhhh–gritó al sentir como su pareja se corría dentro de ella sin contenerse un poco
Les tomo unos segundos en regulizar sus respiraciones, mientras que Setsuna al ver que Hisui había bajado la guardia hizo que cambiarán de posiciones posicionándose arriba del chico sorprendiendolo un poco
–es mi turno de darte placer ...–susurró seductoramente sin darle tiempo de responder
–Aahhh–aahhh S-setsuna aahhh–ahh–gemia al sentirla moverse encima de el dándole placenteras sensaciones
Instintivamente tomo sus caderas indicándole la velocidad en la que tenía que ir sacándole varios gemidos y suspiros a ambos
Lo único que se escuchaba era el chocar de sus cuerpos en esa posición mientras que sus gemidos retumbaban en cada rincón de la oscura habitación sin poder contenerse en lo más mínimo
No sé detuvieron durante horas entregándose nuevamente en cuerpo y alma sin saber que su vida cambiaría en ese momento
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